La viuda de Stieg Larsson escribe sobre la gestación de la trilogía
BARCELONA. Actualizado: GuardarNadie mejor que ella conoció al autor de una de las trilogías más exitosas de la literatura. Compañera de Stieg Larsson durante 32 años, Eva Gabrielsson, su viuda, ha publicado sus memorias junto al creador de 'Millenium', una serie que es algo más que una saga policíaca, «toda una alegoría de la lucha permanente e individual por la moral y la justicia, los valores que Stieg siempre defendió», señala. Sin embargo, cree que el legado moral de aquel que amó, «el hombre tierno, entusiasta, divertido, comprometido, generoso, feminista y militante» corre el peligro de convertirse en una marca comercial, en la que se diluya el nombre de su ser querido. «Es una pena que todo por lo que él luchaba se ha transformado en un objeto mercantil, tengo miedo de que todo ello se pervierta», asegura.
Enfrentada con la familia de Larsson por los réditos económicos de la serie (no tiene derecho a la herencia porque nunca estuvo casada con Stieg), Gabrielsson arremete con dureza contra la familia del escritor. «A veces pienso que para ellos es una suerte que Stieg esté muerto porque no permitiría todo lo que están haciendo con su nombre». «Hay riesgo de que se desvirtúe su legado», afirma. Aunque fueron pareja durante más de treinta años, nunca se casaron como medida de protección contra los ataques de los grupos de ultraderecha que Larsson investigaba.
A su muerte, en 2005. Gabrielsson se quedó sin derecho alguno sobre la obra de su pareja. Por supuesto, tampoco sobre la tan cacareada cuarta parte de 'Millennium', que el novelista sueco dejó medio escrita y que a su viuda le trae por la calle de la amargura en su combate con los hermanos y padre del escritor. «Heredé una mala relación que él ya tenía con su familia», dice. «Lo único que pido es gestionar su legado cultural», compuesto por escritos políticos y periodísticos. Hace años, Eva ofreció a la familia Larsson acabar la cuarta parte a cambio de la gestión del fondo cultural de la serie. «Pero creo que fue un error porque si lo llego a hacer, habría acabado siendo la escritora fantasma de Stieg». Y es que, cree que luego habrían querido la quinta parte, la sexta, la séptima.... «Y al final, en los libros, sólo quedaría el nombre de Stieg, nada más».
Gabrielsson acaba de escribir 'Millenium, Stig y yo', donde da las claves de la génesis de la serie, reflejo, según ella, de una vida y un amor compartido entre ella y el narrador que nunca conoció el éxito en vida, y donde refleja la lucha sin cuartel que mantiene por conseguir algún tipo de control moral o económico sobre la obra de su compañero. Habla además de su relación con Stieg, una convivencia a veces maravillosa («el hecho de estar juntos transformaba extraordinariamente cada instante de nuestra vida») o en ocasiones «tediosa y hasta peligrosa».
Escribió el libro desde el «vacío» y la «soledad». Puede parecer personal, señala, pero es universal, porque «todos tenemos que enfrentarnos a la muerte o a la pérdida de un ser querido». Su opinión es la menos objetiva del mundo en este caso, pero además de amor, lo que Gabrielsson sentía hacia Larsson era una profunda admiración. «Quien sólo conciba a Stieg como un autor de novela negra es que nunca le conoció».
En el libro habla de una carta. «Poco después de su muerte, encontré una, que decía en el sobre: 'Para leer cuando esté muerto'. «Él sabía que se moriría y me pedía que no le olvidara. Es maravilloso encontrar algo así de alguien que amas, fue como tenerle allí. Stieg se consideraba poco importante, casi insignificante, es una pena que nunca pudiera disfrutar de su éxito como escritor».