Breve historia de las Aletas
ESTUDIOSO DE LA PREHISTORIA DE PUERTO REAL Actualizado: GuardarSobre las Aletas se viene escribiendo mucho últimamente; a veces de forma poco afortunada, sin la base documental que acredite las afirmaciones que se expresan; a este respecto debo recordar que la biblioteca de Estudios Gaditanos nos ofrece un fabuloso caudal de información al que debemos recurrir cuando tratamos de interpretar alguna fase de la historia de nuestra hermosa bahía, máxime cuando se trata de un tema como el que nos ocupa, que requiere un rigor científico que en ningún caso puede estar contaminado por criterios subjetivos.
La historia contemporánea del Polígono Las Aletas se ha convertido en un tema de gran actualidad, pero sin embargo tiene un origen que se remonta a la década de los años 90 del pasado siglo, desde luego anterior a la programación del Polígono de las Isletas, lo que ocurrió es que el entonces Alcalde del Puerto de Santa María, Hernán Díaz, puso su proyecto en marcha en 6 meses valiéndose de los recursos municipales, mientras que en Puerto Real, como somos muy dados a fomentar las polémicas, ralentizamos todas nuestras actuaciones de tal manera que las polémicas van adquiriendo dimensiones desproporcionadas hasta el extremo de convertirse en un fin, y no en un medio para resolver los problemas. Esta realidad viene a explicar que siendo los espacios de las Isletas y de las Aletas de la misma naturaleza Geológica, el primer polígono se desarrolló de forma casi desapercibida y sin embargo el segundo proyecto todavía está inmerso en un gran debate cuyo resultado final desconocemos.
En todo caso entiendo que el debate suscitado en torno al Polígono de las Aletas está impregnado por una gran hipocresía, soberbia, incluso desconocimiento sublime de la realidad, o tal vez ganas de incordiar. Plantearse ahora la realización de unas obras faraónicas cuyos costes y resultados son imprevisibles para inundar una zona improductiva que durante bastantes décadas ha estado totalmente olvidada y cuyo destino se desconoce, me parece que se trata de una empresa estéril que no tiene ningún sentido, sobre todo cuando estamos asistiendo al abandono total de los espacios salineros que con sus pirámides blancas formaban parte del paisaje característico y singular de nuestro entorno, así como también de una actividad profesional que formaba parte de nuestra propia cultura. Sin olvidar la capacidad del ingenio humano para resolver sus problemas de producción y consumo, a partir de la utilización de los recursos que la propia naturaleza les proporcionaba.
Siguiendo los libros de Juan Gavala y Laborda, 'Geología de las Costas y bahía de Cádiz' (1959), y 'El origen de la Bahía de Cádiz'(1971), nos introducimos en un espacio fabuloso inmerso en las leyendas de la Antigüedad, fundidas con los mitos Hercúleos y con la memoria más remota de los habitantes de Gadir, de las ínsulas Cartare y Eruthia, del lago Ligustinos y del Golfo de los Tartessios. Leyendo los libros de Gavala tiene uno la impresión de que los siglos han transcurrido como si de simple jornada de trabajo se tratara, mediante las cuales la Naturaleza con su paciente y constante afán ha venido cumpliendo su misión de transformar la Bahía de Cádiz.
Buscando un punto de partida para situarnos en el inicio de del Estuario del río Guadalete, debemos retroceder varios milenios hasta llegar a una época llamada 'Diluval', debido a las lluvias torrenciales que se acumularon por estas latitudes. Este fenómeno atmosférico que pudo ocurrir en torno al año 3.500 a.C. motivó la inundación de extensos terrenos en nuestro entorno, provocando en la unión de las corrientes marinas con las fluviales un extenso socavón que en el caso de nuestra zona no fue muy profundo debido a la resistencia que opusieron a la corriente del Guadalete los POMONTORIOS de Cádiz y San Fernando que el río no pudo arrasar obligando a sus aguas a rodear ambas islas. En este detalle tan escuetamente expresado radica todo el misterio de la configuración de la bahía de Cádiz.
Por aportar una imagen gráfica de lo ocurrido en aquel acontecimiento Geológico , podemos utilizar el término Tsunami, tan lamentablemente puesto de actualidad como consecuencia de la tragedia ocurrida en Japón , sólo que en el caso que afecta a las Aletas fue producido por los efectos de las aguas caudalosas del río Guadalete. Para valorar las consecuencias de aquella invasión fluvial tenemos que indicar que el referido río era perfectamente navegable desde Arcos de la Frontera. En el Portal del Guadalete , que hoy conocemos como el Portal de jerez , existía una amplia dársena que la mencionada ciudad utilizaba como puerto comercial para trasladar sus productos agrícolas hasta la bahía de Cádiz a través del Río San Pedro y el Trocadero; como testimonio de esta información podemos citar los pecios encontrados en aquel lugar recientemente.
Mitigado el régimen de las lluvias torrenciales , el caudal del Guadalete fue disminuyendo en épocas sucesivas., de tal manera que sus corrientes fueron perdiendo agresividad. Las arenas y sedimentos procedentes de las crecidas del aludido río comenzaron a depositarse en el amplio estuario que anteriormente había excavado y poco a poco dicho estuario fue rellenándose y perdiendo su calado; como consecuencia del expresado proceso de aportación de sedimentos, el aludido relleno fue extendiéndose hacia las costas, originando la aparición de espacios como Las Aletas. Debemos señalar que el proceso de colmatación de las costas continúa activo y apreciable para los observadores de este fenómeno, sobre todo para los que tenemos varias décadas de experiencia.
Con respecto a esta última información que acabamos de aportar conviene conocer las opiniones del señor Gavala que rezan así: «Los pobladores de la Península no han podido observar de 3000 a 4000 años a esta parte el proceso de excavación de ningún estuario, sino únicamente su relleno». «Día llegará en que las tierras dulces cubran toda la parte rellena de fango salino de los estuarios de ambos ríos (Guadalquivir y Guadalete) y queden estos convertidos en fértiles vegas».
En relación con las últimas informaciones que sobre las Aletas he conocido, debo expresar mi opinión en dos aspectos que me parecen básicos: Por un lado, señalar que la intervención agrícola producida sobre este espacio en tiempos de Franco tuvo más de anecdótica que de hecho relevante. La agresión más brutal que experimentó la zona de las Aletas se produjo en el siglo XVII, cuando los descendientes del conquistador Juan Ponce de León afincados en el Puerto de Santa María, decidieron cegar la unión del Guadalete y el río San Pedro, dejando a este a merced de las mareas oceánicas. Por otro lado nuestro río San Pedro está sometido a un proceso de relleno por la parte de las cabezuelas que terminará con su caudal. En cuanto la instalación de los AGRICULTADOS expropiados de Rota para construir la base americana, indicar que éstos fueron ubicados en las proximidades de la base aérea de la Parra.