Deportes/Motor

Comandante y patrón Lauda

MADRID. Actualizado: Guardar
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Cuando Niki Lauda habla, la rotundidad de su alocución se expande por la estancia. El auditorio escucha con un respeto reverencial, casi genuflexo, mientras la leyenda de la Fórmula 1 diserta sobre el incremento del precio del petróleo, la intervención europea en Libia, la pésima salud de la economía española o el rumbo que han adoptado los gobiernos mediterráneos respecto a la crisis. No se trata de una opinión gratuita por ser vos quien sois, sino de un análisis con propiedad de alguien que conoce la materia. Niki Lauda, tres veces campeón del mundo de F-1, dirige una compañía de aviación de bajo coste (FlyNiki) y se ha asociado a uno de los gigantes del sector, Air Berlín. La semana pasada estuvo en Madrid y dejó su impronta.

«Anteayer en Melbourne, ayer en Viena, hoy en Madrid. También así era mi vida de piloto», cuenta con firmeza y en frases cortas uno de los mitos del automovilismo de los años setenta y ochenta, cuando la Fórmula 1 era un terreno inexplorado para los españoles.

Los gestos en su cara apenas se adivinan. Hace 35 años que su Ferrari se incendió en Nurburgring y le desfiguró la cara. Estuvo al borde de la muerte y un sacerdote le administró la extremaunción en el hospital del circuito. Reapareció seis semanas más tarde y desde entonces, siempre calza una gorra.

Lauda fue un gran piloto, pero el tiempo dice que también ha sido un gran empresario. ¿De dónde viene su afición a los aviones?, se le pregunta. Y responde con el carácter cartesiano de los germanos: «En 1977 pensé que empleaba demasiado tiempo en hacer viajes complicados por todo el mundo. Quería trayectos más cortos y no vuelos comerciales. Y por eso fundé mi propia compañía». Propietario y comandante, todo en uno, Lauda pilota sus propias aeronaves.

Sigue enganchado a la F-1 -«el único deporte que me gusta junto al esquí»- a través de su faceta de comentarista de la televisión alemana. «El Red Bull de Vettel es mucho más rápido que el resto y Ferrari no tiene la velocidad necesaria. Tienen mucho que mejorar y creo que lo harán cuando la competición vuelva a Europa».

En el recuerdo se han grabado sus duelos dialécticos con Alonso a través de los medios. Él lo niega. «No he tenido ningún problema con Fernando. Solo dije una vez algo que no pareció bien de su comportamiento cuando estuvo en McLaren. Pero no he polemizado con él en absoluto. Me parece el mejor piloto de la parrilla», cuenta, de promoción como está en Madrid.