Luis Miguel Rodríguez Pueyo, sentado en la sala de vistas de la Audiencia Provincial. :: M. GÓMEZ
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Condenan a Pueyo a 19 años de cárcel, nueve menos de lo que se le solicitaba

La Audiencia considera que el ideólogo del secuestro inventó las amenazas de la mafia rusa y la vinculación de Paco 'El Pocero'

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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En un tiempo récord, poco más de dos semanas después del juicio, la Audiencia Provincial de Cádiz dictó ayer la extensa sentencia (de 63 folios) que condena a a cinco de los ocho acusados por el secuestro de Rafael Ávila, el empresario sanluqueño que fue confinado durante 16 días en una cuadra en condiciones infrahumanas, y por el que pedían un rescate de dos millones de euros. Los otros tres han quedado absueltos por falta de pruebas o porque existían «razonables dudas» de su participación.

La condena a Luis Miguel Rodríguez Pueyo, cabecilla de los secuestradores, era de esperar, pues reconoció en el juicio que fue el ideólogo del secuestro y que lo llevó a cabo. De hecho, su propio abogado solicitaba para él 12 años de prisión. Sin embargo, la pena que ha fijado el tribunal para él -de 19 años de cárcel- es notablemente inferior a la que solicitaron la Fiscalía y el abogado de la familia Ávila -ambos pedían 28 años-, ya que la Audiencia le absuelve de algunos de los delitos que las acusaciones le imputaban, como los de hurto, lesiones, narcotráfico y asociación ilícita (que sumaban justo los nueve años). La diferencia de años con el resto de acusados, se debe a que se le condena por dos delitos de falsedad documental y uno de usurpación de identidad, por hacerse pasar por su hermano muerto, Joaquín. A pesar de que Pueyo confesó que era culpable, el tribunal cree que mintió al dar su versión y que «mezcló cosas ciertas y cosas falsas» en su declaración, según la cual ideó el secuestro porque estaba acosado y amenazado por un mafioso ruso al que estafó en un negocio con el constructor de Seseña, Paco 'El Pocero'. Según Pueyo, secuestró a Ávila para financiar el secuestro del hijo de 'El Pocero'. Pero el tribunal explica que esta «historia es inventada y carente del más mínimo refrendo» y que «hace aguas por doquier». Con ella, Pueyo habría intentado exculpar a otros acusados, como a su hijo Luis Miguel Rodríguez Sousa, que es considerado su «hombre de confianza». Tanto él como su padre han sido sentenciados con seis meses más que el resto, por tratarse de los cabecillas.

La Audiencia también tacha de mentiroso a Raúl Brey Ábalo, el primo del presidente del PP, Mariano Rajoy, y propietario de la finca de Almonte donde se confinó a Ávila. Según la sentencia (de la que es ponente el magistrado Francisco Javier Gracia), «en el juicio ofrece una imagen dulcificante de su participación» con una «justificación inverosímil»: que Pueyo le amenazó y le engañó con artimañas. El tribunal cree, en cambio, que su papel fue «anticipado, premeditado y planificado», como carcelero del empresario sanluqueño.

Ibáñez, detenido y en prisión

El otro carcelero era Antonio Giles, aunque este joven de 27 años- «dedicado a la prostitución masculina y amigo de Brey»- confesó sin dudarlo su participación. Por otro lado, ayer entró en prisión Manuel Ibáñez Ruiz, el empresario que supuestamente fingía interesarse por el estado de Rafael ante los empleados del secuestrado para sondear los pasos de la Policía y que se encontraba en libertad bajo fianza. Ibáñez admitió haber mantenido contactos comerciales y sexuales con Pueyo, pero negó haber estado en la finca 'El Retorno' durante el secuestro. De Vanesa y José María H. R, acusados de ser cómplices, no hay pruebas incriminatorias, según la sentencia. Pero llama la atención que del otro absuelto, Luis Antonio R. S. (hermano de Luis Miguel y considerado el supuesto financiador del secuestro) se diga que hay «pruebas aparentemente sólidas» contra él y que «sabía de la implicación» de su hermano, pero no haya sido condenado porque existe «una duda razonable»: Si ganó tres millones en el Gordo de Navidad, «no es verosímil que se empeñe» en un negocio tan peligroso como un secuestro «solo por dinero».