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«Seré neutral, pero no indiferente»
El número dos del PSOE zanja el debate sobre la posibilidad de un Congreso en otoño y aclara que Zapatero se quedará hasta 2012 José Blanco deja claro a Chacón que si se presenta a las primarias habrá juego limpio, pero se topará con él
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero ya ha dejado claro que se erigirá en garante de un proceso de primarias justo y equilibrado. Y su número dos en el PSOE, José Blanco, aseguró ayer que no hay motivo para que sea de otra manera. Pero nadie puede esperar tampoco juegos florales. Una cosa es que él vaya a jugar limpio y otra que tenga intención de mantenerse al margen. «Voy a ser totalmente neutral pero no indiferente», advirtió el hombre que, probablemente, más poder orgánico ha tenido en el PSOE.
Las preferencias de Blanco están claras para todos. Hace tiempo que defiende que el único que puede sacar al partido del hoyo en el que se encuentra es el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los argumentos que dan quienes defienden esta opción frente a la de la ministra de Defensa, Carme Chacón, son variados, pero hay uno fundamental: «ahora no necesitamos un líder que genere ilusión, como tras la derrota de 2000, lo que nos hace falta es alguien que aporte certidumbres», apuntaba hace unos días uno de los dirigentes territoriales que apoyan al también ministro del Interior.
Fue hace unos días porque ahora pocos hablan. Todavía está fresca la orden de Zapatero en el Comité Federal para que toda la atención se centre en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. Y también su mensaje de que sea quien sea el candidato tendrá que buscar la integración.
Nadie confiesa aún en público su favorito, pero algunos, como el secretario de Organización socialista, Marcelino Iglesias, que ha demostrado ser una pieza fundamental en el engranaje diseñado por Zapatero para su sucesión, ya se lanzan a hablar del proceso en sí. El dirigente aragonés es partidario de que, cuando llegue el momento, se evite la pelea por recabar avales y se opte por que la Ejecutiva o el Comité Federal den su aprobación a las, en principio, dos candidaturas posibles. Es lo que se hizo en el caso de Joaquín Almunia y Josep Borrell, en 1998, y, más recientemente, la solución acordada por el PSC para elegir al candidato a la alcaldía de Barcelona entre Jordi Hereu y Montserrat Tura.
Lo contrario supondría, a su juicio, y al de otros que piensan como él, un desgaste innecesario. «Nos podemos ahorrar imágenes como las de Hillary Clinton y Barack Obama recorriéndose hasta el último pueblo de Estados Unidos, tirándose los trastos a la cabeza», apuntan. El símil no es del todo aplicable porque en España nadie recauda avales así y porque, en todo caso, cada aspirante tendrá a la postre su propia campaña, de modo que el enfrentamiento es insoslayable.
Lo paradójico es que mientras algunos socialistas piensan en evitar la imagen de una guerra fratricida, el presidente del Gobierno tuvo que defender las bondades de las primarias en el Senado frente al portavoz del PP, Pío Escudero. «Usted considera un lío un proceso de elección entre militantes. No -replicó-, es democracia; lo otro es 'dedazo'».
Sin votación
Lo cierto es que, a juicio de diversos partidarios del vicepresidente y ministro del Interior, cabe la posibilidad de que en realidad el proceso de primarias no llegue a arrancar porque Chacón no se decida a presentarse. El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, lo dijo abiertamente en un 'chat' de '20 minutos'. Por eso, Blanco elude avanzar desde ya si, efectivamente, se optará por ahorrar a los aspirantes el proceloso trámite de recorrer federaciones para conseguir el aval del 10% de la militancia 25.000, según los cálculos del aparato. «Nadie está aún en eso -afirmó- porque aún ni siquiera sabemos si va a haber voluntad de presentarse». «Mi olfato -bromeó- todavía no me dice nada».
Lo que sí zanjó, en cambio, el vicesecretario general es el debate que se había abierto sobre la posibilidad de un Congreso en otoño para que el candidato se vea reforzado además con el bastón de mando del partido. Una opción por la que apostaban algunos partidarios de Rubalcaba. «Zapatero -subrayó- ha expresado su voluntad de terminar los dos mandatos, como presidente y como secretario general».