![](/cadiz/prensa/noticias/201104/06/fotos/5697257.jpg)
El rey vigila la actuación del buque 'Juan Carlos I' a prueba de errores
Más de 300 marinos participaron ayer en el ejercicio de evaluación del barco en el muelle de la Base Naval de Rota
ROTA. Actualizado: GuardarAyer fue día de examen para el buque 'Juan Carlos I'. Todo estaba preparado en la tripulación, ya que iban a estar bajo la atenta mirada de su majestad el rey, de quien toma su nombre el navío. En la lección del día tocó operaciones anfibias, más concretamente, la capacidad de respuesta del buque y de los marinos en el transporte de infantes de marina que van a realizar un desembarco y apoyo en operaciones de tierra. Una prueba necesaria para obtener el certificado de la Armada y participar así en las operaciones que el Ministerio de Defensa así lo estime oportuno. Aunque la localización del examen estaba prevista en aguas de la Bahía gaditana, finalmente tuvo que realizarse en el mismo muelle de la Base Naval de Rota donde estaba atracado el barco debido al fuerte viento de Levante.
Poco antes de las 13.00 horas, la banda del Tercio Sur de Infantería dio la bienvenida al monarca quien, una vez a bordo, acudió al puesto de mando para pasar revista. Allí le informaron de los ejercicios que a continuación se iban a realizar.
El primero de ellos fue un simulacro de un incendio en un helicóptero, que finalmente se transformó en un vehículo debido a que el ejercicio se desarrolló junto al muelle y no en alta mar. Aún así, los marinos echaron imaginación al asunto y dieron todos los pasos necesarios para apagar el supuesto fuego. Tras superar el primer obstáculo, el Rey descendió hasta el hangar donde varios marinos atendieron a dos compañeros accidentados y los trasladaron a la zona hospitalaria. Finalmente, don Juan Carlos presenció el traslado de los infantes de marina y de varios carros de combate en lanchas de desembarco.
Tras la realización de estos tres ejercicios, el buque 'Juan Carlos I' aprovechó la mejora de las condiciones climatológicas para salir a navegar por la Bahía gaditana y realizar la última de las pruebas: la toma de aeronave en movimiento.
Durante este tiempo, don Juan Carlos de Borbón compartió el almuerzo con los 300 marinos que participaron en todas las pruebas. El Rey brindó «por España» y trasladó el «orgullo» y «satisfacción» que siente con el que es el navío de mayor tonelaje y dimensiones de la Armada. El monarca pasó por cada una de las mesas dispuestas por el buque para charlar brevemente con los marinos acerca del ejercicio de evaluación y otras cuestiones.
Sobre las 16.00 horas, su majestad abandonó la nave en helicóptero, que finalmente atracó en la Base Naval sobre las 17.30 horas.
En mayo, la prueba final
Según explicó el teniente de Navío Rodrigo Rodríguez Cábana el objetivo de la maniobra era «evaluar la capacidad operativa de la unidad de la flota en tiempo real». Éste es solo un apartado de los cinco que se están evaluando. El primero de ellos estuvo relacionado con el sistema de energía del barco, la seguridad y los sistemas de propulsión, mientras que el segundo se centró en las maniobras. El tercer aspecto que se sometió a prueba fue el sistema de combates a lo que le siguió el de operaciones anfibias que fue el que se ejecutó ayer. Queda por delante comprobar la capacidad del buque en cuanto a la proyección de la fuerza. Una vez que concluyan todos estos ejercicios se desarrollará un crucero de resistencia, cuyo inicio está previsto para el 2 de mayo, que combinará estos cinco aspectos de forma simultánea, ya que como apuntó Rodríguez Cábana «todo barco es un sistema de engranaje» y hay que ver como funcionan todas las piezas en su conjunto.
Según las previsiones de la Armada, el Buque de Proyección Estratégica 'Juan Carlos I' estará operativo a finales de septiembre, a excepción la posibilidad de operar con 'Harrier', ya que las pruebas de evaluación se desarrollarán a lo largo del mes de octubre.
Una vez que tenga el visto bueno de la Armada, el buque 'Juan Carlos I' podrá ser utilizado como plataforma para aeronaves, como buque anfibio para Infantería de Marina o como buque de proyección de fuerzas del Ejército de Tierra y en misiones de apoyo humanitario. En su cubierta de vuelo, de unos 200 metros de longitud, pueden despegar y aterrizar aviones 'Harrier' y alojar al menos cuatro helicópteros 'Chinook' o 6 aparatos tipo SH-3D o NH-90.