crisis en el gobierno autonómico | toma de posesión

La dirección del partido respalda a Griñán y resta importancia a la salida de Pizarro

Rubalcaba cierra filas en torno al presidente de la Junta y asegura que su deseo es que sea el candidato a las autonómicas

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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El Gobierno andaluz trata de pasar página sobre la crisis abierta tras la dimisión del consejero de Gobernación, Luis Pizarro. De hecho, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y la consejera de Presidencia, Mar Moreno, han restado importancia al asunto y han lanzado un mensaje de normalidad y tranquilidad. La dirección del PSOE defendió ayer la actuación del presidente de la Junta tras la dimisión de Pizarro, que ha sido sustituido por Francisco Menacho, mientras que el PP ha pedido su relevo e IU ha solicitado elecciones anticipadas.

El vicepresidente primero, ministro de Interior y diputado por Cádiz, Alfredo Pérez Rubalcaba, se refirió ayer a las repercusiones para el PSOE de la situación creada en Andalucía tras la dimisión del consejero Pizarro. Recalcó que lo ocurrido se limita a una «discrepancia» en el Gobierno andaluz que ha provocado la salida de Pizarro , «un incidente que se produce en los gobiernos con relativa frecuencia». Aseguró que el PSOE andaluz es «un pedazo de partido» e hizo hincapié en que el cambio de un consejero no es una crisis de gobierno. Comentó que «hablar de crisis de partido es claramente, una exageración», al tiempo que afirmó que quiere a Griñán como candidato. Dicho esto, Rubalcaba aseguró que su «opinión», su «impresión» y su «deseo» es que Griñán sea el candidato de los socialistas andaluces a la presidencia de la Junta.

Ante éstas declaraciones, Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP, rebatió a Rubalcaba afirmando que el PSOE sí que está en crisis.

Además, el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, aseguró ayer ante los rumores que lo enfrentan a Griñán que «pincha en hueso» quien deduzca un distanciamiento ente él y el presidente de la Junta tras la dimisión de Pizarro, que ha sido su hombre de confianza durante catorce años y al que ha definido como «amigo y compañero» así como «un leal y eficaz colaborador».

Los dirigentes socialistas como el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, así como la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, enmarcaron el relevo de Pizarro en un contexto de «normalidad» por las discrepancias entre el consejero y el presidente, y han respaldado a Griñán. Iglesias y Blanco también expresaron su apoyo y confianza en la gestión de Griñán al frente del PSOE y de la Junta.

El vicesecretario general del PSOE, el ministro José Blanco, consideró normal la decisión del presidente andaluz, José Antonio Griñán, que ha provocado un cambio de Gobierno en la Junta, y aseguró que ve al PSOE andaluz fuerte y cohesionado pese a que a su nueva dirección «no se lo están poniendo fácil». Señaló «que si un consejero tiene una discrepancia, lo normal es que deje un Gobierno. Y lo normal es que un presidente, en el ejercicio de sus facultades, cambie a un consejero que discrepe de las decisiones de un Gobierno».

La dimisión de Pizarro -a la que siguió ayer la de otros tres miembros de la consejería- ha sido criticada, por parte del PSOE, por el portavoz parlamentario socialista andaluz, Mario Jiménez, quien indicó que esa decisión «va a significar un daño que no se ha medido lo suficiente».

Por su parte, la consejera de Presidencia, Mar Moreno, afirmó que los cambios de Gobierno «no son sinónimo de crisis ni de inestabilidad» y los enmarcó en un contexto de normalidad. Moreno eludió analizar los motivos de la dimisión de Pizarro, y tras expresar su respeto a esa decisión apostilló que «cada cual es responsable de sus actos». Reconoció que la dimisión del consejero era una «circunstancia difícil de calcular» y la desvinculó del cese, aprobado ayer en el Consejo de Gobierno, del delegado del Gobierno andaluz en Cádiz , Gabriel Almagro. Insistió en que no puede dar explicaciones de quien ha dado un paso; «el Gobierno no puede dar esas respuestas, no puede estar en la cabeza o en los sentimientos de uno de esos miembros».

Respecto a las repercusiones que tendrá en el PSOE nacional la dimisión de Pizarro, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aseguró que lo que ha pasado en el PSOE-A es «seguramente importante para Andalucía», pero se circunscribe a esa comunidad, y añadió que No hay ni que dramatizar ni extrapolarlo al conjunto del partido».

La portavoz del PP-A, Rosario Soto, por su parte, afirmó que «quien tiene que dimitir» es el presidente andaluz porque está «hasta las cejas con la trama de los ERE».

Además, el coordinador general de IU en Andalucía, Diego Valderas, consideró que el PSOE «está herido», el Gobierno andaluz «tocado» y los andaluces «sin rumbo» tras la dimisión de Pizarro.

El parlamentario andaluz de IU por Cádiz Ignacio García pidió a la Junta que «explique» las razones de la destitución del hasta ahora delegado en Cádiz, Gabriel Almagro, para «disipar las especulaciones». Opina que «o Almagro está implicado en algún asunto grave que ha llevado a su cese o se trata de una frivolidad, una cuita interna del PSOE».