Buena corrida de Victorino Martín
CASTELLÓN. Actualizado: GuardarEl primer victorino de la tarde fue una prenda, ya que le costó un mundo desplazarse y, cuando lo hacía, ponía en serias complicaciones al torero, pero Rafaelillo resolvió la papeleta con dignidad y valor y logró momentos estimables sobre el pitón izquierdo. Faena corta rematada de estocada entera.
El diestro murciano le cortó la oreja al cuarto, que fue todo lo contrario que el anterior. El toro embistió con ritmo y buena clase y permitió gustarse a Rafaelillo, que lo toreó bien al natural.
Otras fases del trasteo, muy enfrontilado con su oponente, fueron también muy celebradas, y tras pinchazo y estocada paseó un trofeo bien ganado.
Luis Bolívar no lo acabó de ver claro ante su primero, que tuvo en el izquierdo un buen pitón por el que colombiano se puso, pero siempre tirando líneas, echándose en falta un mayor compromiso. Humillaba el de Victorino tras los engaños y Bolívar sencillamente no le cuajó faena y mató mal.
El quinto fue otro toro bueno, de mucha calidad y templada embestida pero escaso de fuerzas. Bolívar lo toreó a media altura y cuidándolo en todo momento, mejorando su imagen del toro anterior. Un estoconazo de rápido efecto puso en sus manos la oreja.
El madrileño Alberto Aguilar reaparecía tras su triunfo y cornada de Valencia, y su primero fue un toro bravo, con profundidad en la embestida pero no tonto, sabiendo perfectamente lo que se dejaba detrás.
Aguilar le puso la muleta muy de verdad, sobre todo en el arranque de faena, y las tandas tuvieron emoción debido a la transmisión del toro. Al natural también hubo buenos momentos pero un inoportuno desarme marcó un antes y un después en el trasteo, que ya fue a menos. Tras la estocada, el palco estuvo hoy generoso y le concedió una oreja que no fue pedida con demasiado clamor.