Los vehículos de dos ruedas hicieron presencia de forma masiva el sábado por la tarde en la avenida de Lola Flores. :: J. C. C.
Jerez

Jerez le roba moteros a El Puerto

La patronal hostelera asegura que los aficionados se han desplazado de un sitio a otro debido a las restricciones

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Si la cara de la Motorada ha sido este año Jerez para los hosteleros, El Puerto ha sido la cruz. Antonio de María, presidente de la patronal de la provincia, Horeca, lo resume de la siguiente manera: «En algunas zonas clave de Jerez como la avenida de Lola Flores, el efecto en las terrazas y bares ha sido espectacular. Lo mejor de los últimos diez años para algunos negocios como Alfredo Café y Copas. Pero en El Puerto existe preocupación debido al efecto disuasorio que han causado las excesivas medidas de seguridad, ya que incluso en algunas zonas se ha comentado que había más policías que moteros».

En el caso de El Puerto, de hecho, «se ha producido una caída fuerte del negocio en Valdelagrana, del 50%, y la gente se ha acabado yendo a Jerez». Justo lo contrario de lo que ocurría antes de la reapertura de la ciudad del caballo, los vinos, el flamenco y las motos.

No obstante, las habitaciones no han estado completas al cien por cien en Jerez, lo que significa que lógicamente en otras localidades de la provincia tampoco.

«Ha habido -prosigue De María- menos gente pero de más categoría, es decir, han gastado más que otros años». Y si en algunas zonas de Jerez como Lola Flores se ha visto un aumento de negocio del 20%, en el centro la caída ha sido similar excepto en sitios puntuales. En la avenida Álvaro Domecq también ha habido bastante clientela.

Volviendo a El Puerto -que junto a Jerez y otros sitios de la costa noroeste ha concentrado al grueso de los moteros en la provincia-, el sentir de los hosteleros se ha traducido en decepción y resignación. Además ha sido la Motorada más corta de los últimos años, en la que el negocio prácticamente se redujo al sábado. Un año más el domingo no contó, por el desplazamiento del grueso de moteros hacia el circuito de Jerez, a lo que hubo que añadir el mal tiempo. La ausencia de puente que dilate la estancia de los moteros y la crisis han sido los otros dos ingredientes letales para el sector turístico local.

A pesar del cierre al tráfico del centro, los bares de la Ribera del Marisco, la plaza de la Herrería y la calle Misericordia consiguieron hacer dinero. Sin duda, la zona más damnificada ha sido Valdelagrana.

Donde parece haberse encontrado al fin un modelo que satisfaga a todos es en Jerez: «Nadie quiere volver a lo que había hace varios años, con gente haciendo locuras. Hemos conseguido erradicar todo lo que molestaba tanto al ciudadano como a los motoristas. Se ha quitado la paja y solo ha quedado el trigo. Estamos en el tercer año de la crisis, pero cuando esta remita estamos convencidos de que será genial», señaló el presidente de Horeca.

En definitiva, «se ha conseguido eliminar el ruido, el petardeo y los accidentes dentro de la ciudad y a la vez mantener el nivel de negocio, lo cual es muy positivo», concluyó De María.