Zapatero y la NBA
Actualizado: GuardarEl pasado martes, el presidente del Gobierno se reunió con los periodistas de cinco de los principales periódicos europeos en lo que pareció ser una relajada cura de aromaterapia antes del Comité Federal del PSOE. Leo a Vicente Jiménez en 'El País' preguntarle a Zapatero si la marca ZP aporta algo o es un lastre para su partido y el líder socialista le contesta sin contestar nada, entre otras cosas, que: «Hay gente que cree que se puede estar toda la vida jugando en la NBA. Pues no. Lo asumo perfectamente».
Disiento de usted, mister president. Sí se puede ser siempre el mejor y jugar toda la vida en la NBA, aunque entiendo lógico que usted lo crea y asuma, desde su ya probada mediocridad. Para ello, desde luego, es necesario algo más que invertir muchísimo tiempo y trabajo, una dedicación absoluta, un compromiso personal al máximo nivel. Es fundamental, al mismo tiempo, que Dios (o el laico genoma humano) nos haya dotado de una capacidad superior a la media.
La historia de la NBA ha dejado carreras larguísimas de grandes estrellas de la liga, como Kareem Abdul-Jabbar o Michael Jordan, jugando hasta el final al máximo nivel, convertidos en iconos de la competición. Jabbar, por ejemplo, jugó veinte años, de 1969 a 1989, y batió todos los récords habidos y por haber. Se ha considerado que su característico gancho del cielo, el 'sky hook', ha sido el arma más mortífera de la liga americana, puesto que sus rivales no podían hacer nada contra ella. Otra de las eminentes figuras de la NBA, Michael 'Air' Jordan, se retiró varias veces por diferentes cuestiones personales aún no realmente aclaradas -la muerte de su padre, la ludopatía, el cansancio de competir o la falta de alicientes- para acabar retornando de manera triunfal. Incluso tras haber ganado ya seis anillos de campeón de la NBA, volvió un par de temporadas más con los Washington Wizards, donde incluso fue elegido como miembro del partido 'All Stars' e hizo un papel dignísimo.
Desconozco si las palabras de Zapatero se dirigían a Bono, Fraga o Carrillo, igual que ignoro si sabe del origen del Senatus Populusque Romanus (el Senado), donde los senadores eran ancianos respetados y venerados que, por su conocimiento de la vida, su experiencia y su perspicacia, propiciaban el buen gobierno del imperio. Pocos senadores 'old school' vemos hoy día en nuestra España; más bien todo lo contrario. Es lógico que usted no se vea mantenido en la élite durante toda su carrera, sobre todo en éste, el momento más bajo de su viaje NBA, justo a punto de jubilarse, después de un cursus honorum más tendente al automarketing que al verdadero gobierno de la nación, sabedor de que su decepcionado equipo no retirará su dorsal para colgarlo, como homenaje, en su pabellón; conocedor de que tampoco será propuesto para ingresar en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame. Está usted melancólico y su declaración es una sublimación, señor presidente.
Búsquelo en el diccionario.