FUERA FARFOLLA

Desde hace unos días, la presencia de políticos -fundamentalmente locales- en los medios de comunicación se ha reducido notablemente. Se agradece. Welcome, nueva Ley Electoral. Hasta el domingo pasado padecimos un bombardeo que rozaba el 'acoso' cibernético, televisivo, radiofónico y periodístico. Hasta en la sopa. Antes simplemente se inauguraban las obras. Ahora se visitan, por lo que el político de turno va, se hace la foto, y la manda a los medios. Y nosotros, idiotas, la publicamos. No todas, pero sí demasiadas.

El exceso de canales por donde fluye la información ha provocado también un exceso de información en sí. Recibimos cada día tal cantidad de información, sobre todo de los políticos, que resulta hasta difícil distinguir qué es realmente importante o -desde un punto de vista profesional- qué tiene valor informativo.

Al final, los periodistas y los políticos olvidamos que lo que realmente preocupa a la gente son sus problemas cercanos y no si Teófila Martínez visita las obras del Carranza o si Marta Meléndez apuesta por recuperar el proyecto de la gran Plaza del Mar. Esos son sus problemas. 'Venderse' es su problema, su preocupación. Con la connivencia de los medios de comunicación. Por eso se agradece el respiro que nos da la nueva Ley Electoral.

Porque lo que realmente preocupa al chaval de las gafas y jersey verde de la foto de al lado es si aprobará el examen que hizo ayer. Lo demás es hojana, farfolla. Una pesadez.