BIENVENIDO, MISTER MOTERO
Actualizado: GuardarHay debates que uno no alcanza a comprender. Y el de la Motorada en Jerez sorprende especialmente. También es cierto que cada vez son menos las voces que critican este evento y que la ciudad se vuelque con el mismo como si de un 'Bienvenido Mr. Marshall' se tratase. La mítica película dirigida por Luis García Berlanga en 1953 narra cómo un pequeño pueblo se prepara y se vuelca para recibir la presunta visita de los estadounidenses en pleno plan de ayuda al desarrollo, ya que ve en ello una oportunidad a muchos de sus problemas. Salvando las lógicas distancias, porque ni estamos en los años 50 ni Jerez es un pueblo ni su subsistencia depende afortunadamente del Gran Premio de Motociclismo, el sentido común justifica que la ciudad eche el resto para que una cita de estas dimensiones y con el impacto económico y promocional que supone salga bien.
No es cuestión de convertirnos en la versión moderna del 'catetismo' de los vecinos del título de Berlanga, ni mucho menos. Aunque tampoco de todo lo contrario. Hay, de salida, 57 millones de razones para que así sea, que son los millones de impacto que tiene la Motorada en Jerez y su área de influencia. Eso al menos es lo que asegura el último informe realizado al respecto de manera conjunta por la Junta de Andalucía y Dorna, esta última empresa gestora de los derechos del Mundial. Cada motero se gasta una media de 120 euros diarios durante su estancia, sin incluir la entrada al Circuito. La mayoría van a parar a restauración, alojamiento y transporte -gasolina, básicamente-. Pero también rascan algo comercio y talleres mecánicos. Así que no queda otra que dar por muy bien invertidos los algo menos de cinco millones de euros que asegura el Ayuntamiento que le cuestan la señalización, los preparativos y los dispositivos que despliega para que todo salga a la perfección.
Otro estudio, en este caso solo de la Junta, afirma que el Gran Premio de Motociclismo que se celebra cada año en Jerez es el tercer evento más multitudinario del año en la región; es decir, el tercero que más personas reúne después de las dos grandes romerías, la del Rocío y la de la Virgen de la Cabeza. Hay pocas ciudades que puedan presumir de algo así, de convertirse en el escaparate de medio mundo durante tres días, de estar considerada como la catedral del mundo de las dos ruedas por parte de pilotos, aficionados y no tan aficionados. Porque el ambiente que se respira aquí este fin de semana es único e inimitable, pese a que de un tiempo a esta parte las grandes avalanchas de moteros se hayan retrasado prácticamente hasta el sábado.
Por eso, no es que sea cuestión de sacar banderas y pancartas dándoles la bienvenida ni montar espectáculos ploteros como el de la película de Berlanga, pero sí de darle todas las facilidades posibles a los moteros. Y de tener un poco de paciencia con las posibles molestias que puedan causar. Así será más fácil que vuelvan el año que viene.