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ESPAÑA

Chacón, ¿primera aspirante a presidenta?

Tiene el apoyo de los desengañados con el presidente, pero su condición de catalana le quita apoyos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Nadie sabe si Carme Chacón tiene la mente puesta en 2012, en 2016 o en 2020, pero es la única dirigente que ha mostrado intención de presentarse a unas primarias para la candidatura socialista en las próximas elecciones generales. Nadie más se ha atrevido a dar el paso, aunque es probable que a partir de ahora afloren las ambiciones de más de uno.

Su postulación a medias tuvo una madrina de lujo, la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, con la que se las había tenido tiesas mientras compartían mesa en el Consejo de Ministros a propósito del nombramiento del director del Centro Nacional de Inteligencia. La solidaridad de sexo, sin embargo, echó pelillos a la mar y facilitó que la ministra de Defensa lanzara una pregunta de apariencia retórica -¿está España preparada para tener una mujer presidente?- pero de una gran carga política porque todo el mundo entendió lo que entendió, que entraba en la carrera sucesoria.

Los aliados aparecieron con rapidez, aunque con el freno de mano puesto. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, viejo amigo de Chacón, dijo que tenía mucho futuro. Nada más, pero suficiente para que fuera encasillado entre los 'chaconistas'. También el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, mostró ciertas preferencias por ella, aunque más por desapego hacia Rubalcaba que por sintonía política con la política catalana. También algunos 'francotiradores' descolgados dentro del partido dejaron caer que en unas primarias estarían con la ministra. Pero no cuenta con una corriente organizada de apoyo.

Ni siquiera dentro del PSC, su partido. Encuadrada en el sector españolista del socialismo catalán, su figura política no tiene consenso ni tiene garantizado el respaldo de todo el PSC en unas eventuales primarias. Es más, en sus últimas apariciones públicas se ha esforzado por acentuar su perfil menos catalanista para disgusto de algunos de sus compañeros del PSC. Un gesto que, sin embargo, no ha sido suficiente para levantar los recelos hacia su condición de catalana en muchas partes de España.

Representa a las nuevas generaciones de dirigentes, acaba de cumplir 40 años, y Zapatero le tiene en muy alta estima porque ve en ella un gran potencial. Le convirtió, de hecho, en la primera mujer en España al frente de Defensa.

Si se presenta a las primarias, se enfrentará a una contradicción. Ella, 'zapaterista' confesa y entusiasta, tendrá seguro los votos de los desengañados con Zapatero y de los castigados por el oficialismo. Será la destinataria del voto rebelde.

Mas la realidad a día de hoy, es que no cuenta con apoyos territoriales ni tiene el respaldo claro de dirigentes con peso. Un bagaje, en principio, muy pobre para medirse con Rubalcaba. Pero cosas más raras se han visto en el PSOE.