UN ADIÓS Y MIL PREGUNTAS
Presumiblemente ganará quien más se distancie del ahora líder socialista
Actualizado: GuardarZapatero, que llevaba tiempo ido, se marcha pero deja detrás no pocos problemas que tendrá que resolver su partido (y que tendrá que aprovechar el PP en este nuevo escenario político que se abre a partir del sábado 2 de abril). Problema para los barones regionales que le han criticado y que ahora afrontan las elecciones de mayo a cuerpo descubierto, ya no tienen la excusa de estar contaminados por la marca ZP, el padre les deja ir de la mano solos. Problemas para el partido, que tiene que entrar en fase de primarias con el consiguiente desgaste interno (presumiblemente ganará quién más se distancie de Zapatero tal y como ha demostrado la realidad). Problemas para los que han demarrado antes de tiempo: Rubalcaba y Chacón, y también para Bono, que tendrá que retratarse por alguna de las opciones sin descartar la suya propia. Y, finalmente, problemas para el PP en caso de que el PSOE consiga rearmarse en ilusión mientras Rajoy se duerme en las encuestas, que le son muy favorables.
Zapatero cae víctima de sus propios recortes y se lleva por delante un estilo de hacer política que empezó a periclitar en las primarias de Madrid y luego en el 'montillazo' de Cataluña. Su caída anula el efecto balsámico de aquel Gobierno de octubre plagado de portavoces que sirvió poco para remediar el desastre económico reconocido con tardía reacción. Pero al apartarse a un lado deja el vértigo del abismo a quienes le quieran suceder, que deberán distanciarse de su manera de hacer política si pretenden ganar las próximas generales que se antojan a muy largo plazo, salvo cataclismo y convocatoria de adelanto de urnas.
Estamos ante un movimiento táctico que puede desmantelar todas las estrategias conocidas hasta el momento. Se abre la puerta a un nuevo PSOE y eso siempre da oxígeno electoral por lo que tiene de marketing. Zapatero asume toda la responsabilidad y se inmola obligado por las circunstancias pero también para reforzar el proyecto socialista del futuro. Si el PP no se da cuenta a tiempo, si no reacciona pidiendo una moción de censura (aunque la pierda), serán otros los que se sitúen en el mapa electoral en mejores posiciones. Un adelanto de elecciones sería lo más higiénico, también el pueblo debería tener la oportunidad de opinar acerca de los nuevos tiempos. Un año hasta las generales parece un exceso y una pérdida de tiempo a partir de un adiós cantado que provoca todas estas preguntas. Y no menos inquietudes entre quienes contra Zapatero vivían mejor.