Un rebelde llora la muerte de un compañero fallecido tras disparse a sí mismo por accidente en el frente. :: A. WINNING / REUTERS
MUNDO

Los rebeldes ofrecen un alto el fuego si las tropas del dictador dejan las ciudades

La otra condición que pusieron los milicianos para abandonar las armas es que se respete la libertad en el oeste del país

BENGASI. Actualizado: Guardar
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Después de tres días de retroceso, los rebeldes lograron frenar el avance gadafista y situar la línea del frente en Brega. Con más orden de lo habitual las filas revolucionarias desplazaron artillería pesada hasta este enclave petrolero y lograron mantenerse firmes durante una jornada en la que «también hay combates cuerpo a cuerpo en algunos barrios periféricos», informaba el coronel Khaled Subairi, uno de los veteranos de la guerra del Chad que desertó de las fuerzas de Gadafi para unirse a la revolución y que trata de poner algo de orden entre los suyos.

A doscientos kilómetros de esta guerra abierta, el presidente del Consejo Nacional rebelde recibió en Bengasi la visita del enviado especial de Naciones Unidas, Abdelilah Al-Khatib, al que transmitió su voluntad de declarar un alto el fuego «siempre que las fuerzas de Gadafi se retiren del interior de las ciudades y se respete la libertad de expresión en el oeste de Libia». Fueron las dos condiciones planteadas por el ex ministro de Justicia, que no perdió la ocasión para pedir armas a Occidente en caso de que el libio «no detenga sus ataques contra la población civil».

El intento de organización de las filas opositoras se percibía desde las afueras de Bengasi, donde se están cavando trincheras y se han reforzado los puestos de control en las vías principales de acceso, hasta la primera línea de combate, a la que no se permitía el acceso a nadie que fuera armado tan sólo con un fusil, se exigía armamento pesado y de gran alcance.

Vehículos de reconocimiento camuflados espiaban las posiciones enemigas entre las dunas y la artillería rebelde abría fuego «de igual a igual porque ya hemos podido evacuar a todas las familias y sabemos que solo tenemos al enemigo frente a nosotros», confesaba Ahmed Zeituni, que desde primera hora de la mañana pronosticaba «una jornada gloriosa», mientras señalaba al cielo en el que se percibía el zumbido de los aviones de la alianza.

Sin embargo, un médico libio denunciaba ayer a la cadena BBC la muerte de siete civiles, entre ellos tres adolescentes de entre doce y veinte años, cerca de Brega, como consecuencia de un ataque aéreo efectuado por la coalición internacional, dirigida desde ayer por la OTAN. Al parecer, y siempre según la versión del facultativo, las tres chicas -de la misma familia- fallecieron después de que varios misiles impactasen contra un camión que transportaba munición. El vehículo, que se encontraba entre dos casas, explotó y mató a los civiles. Pese a todo, la familia de las adolescentes aseguró ayer que no guarda rencor por lo ocurrido. Al contrario, insistieron en que los bombardeos contra la infraestructura militar del dictador deben continuar.

Mantiene el pulso

Gadafi mantiene su pulso militar frente a unos rebeldes que festejan cada deserción en la cúpula del régimen. Tras la huida del ministro de Exteriores, Musa Kusa, a Londres, ayer fue el turno de otro hombre cercano al dictador como Ali Abdessalam Treki, exministro de Exteriores y expresidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se despidió afirmando que «nuestra nación tiene el derecho de vivir en libertad y disfrutar de la democracia», según informó la cadena Al-Yasira.

Mientras en el frente cada unidad rezaba a la sombra de su furgoneta 'pick up', la plaza de Bengasi celebró un viernes más una oración multitudinaria en la que junto a las banderas tricolor de la revolución destacaban las de Francia y Catar. Este país parece dispuesto a vender en los mercados internacionales el petróleo procedente del país norteafricano, según revelaron fuentes de los rebeldes. El acuerdo, aún no confirmado por fuentes oficiales cataríes, permitiría a los rebeldes beneficiarse del producto de las ventas de crudo en los mercados.