Tribuna

Hay cañones para todos

MÁSTER EN PATRIMONIO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO Y MIEMBRO DE CÁDIZ ILUSTRADA Actualizado: Guardar
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Ante la noticia aparecida en la prensa local (12/3/2011) y en la que se pone en boca de la alcaldesa de Cádiz varias aseveraciones poco precisas, no tengo más remedio que puntualizar lo siguiente:

En mi opinión, la polémica que se viene desarrollando desde que aparecieron los 17 cañones en Canalejas es totalmente estéril y sin fundamento por varios motivos. En primer lugar todo objeto procedente de un hallazgo arqueológico tiene que ser depositado, por ley, en las dependencias del museo provincial (Art.39 Reglamento de actividades arqueológicas. Decreto 168/2003 . 17 junio). Por razones de volumen y peso no es realizable, en el caso de piezas de artillería de los s. XVII y XVIII, por lo que, en mi opinión, pueden y deben ser cedidas a otras instituciones, Consorcio del Bicentenario o Ayuntamiento, para que sean expuestas en otros lugares de la ciudad.

No solo se trata de los famosos 16 cañones de Canalejas, ya que en realidad se hallaron 17, uno de los cuales está depositado en el Museo de Cádiz, y los 16 restantes están en proceso de limpieza y consolidación en las instalaciones de Navantia Puerto Real. Además apareció otro cañón en las obras de cimentación del nuevo edificio administrativo de la Plaza de España, y el último detectado en el tanatorio Nº. Sra. del Rosario. Por tanto podemos hablar, solo en Cádiz, de diecinueve cañones, sin tener en cuenta los otros 17 aparecidos en Puente Suazo de San Fernando. Estas piezas de artillería corresponden a cañones fabricados en fundición de hierro a finales del s. XVII y durante el s. XVIII , y que hasta que no estén completamente limpios y sean estudiadas las tipologías, y posibles procedencias, no se puede efectuar su inventariado y catalogación. También hay que tener en cuenta que seis de estos cañones no conservan el cascabel de su culata, por lo que su exposición pública no sería del todo aconsejable.

Por otro lado, la Sra. alcaldesa parece estar mal aconsejada cuando dice que los cañones se deben situar en las murallas de de San Carlos «que es lugar para el que se crearon». Los cañones que necesitaba la monarquía española y que se fabricaban en bronce (Real Fundición de Sevilla) o en hierro (Real Fundición de la Cavada, en Lierganes, Cantabria) durante el siglo XVIII , no se «creaban» para una ubicación concreta , sino que servían para artillar los buques de la armada, o para artillar los baluartes y fortificaciones españoles, tanto en la península como en ultramar.

En cuanto a las posibles zonas donde colocarlos, bien fuese en las murallas de San Carlos, en el castillo de San Sebastián, o en las mismas Puertas de Tierra, son lugares donde existió una artillería similar a estos cañones. A modo de ejemplo, en 1808 el Mariscal de Campo Antonio Hurtado, director subinspector del real Cuerpo de Ingenieros, elaboró una relación del estado de las fortificaciones y de su capacidad artillera. Así mencionaba que «la plataforma de Santiago (actual aparcamiento de la cuesta de las calesas) que une con el frente de Puerta de Tierra, monta 26 piezas de cañón», «la plataforma de Santa Cruz (hoy desaparecida y lugar donde han aparecido los 17 cañones en el año 2009) tiene capacidad para 29 piezas, y el Baluarte de San Antonio, o de la Aduana monta 38 piezas». «El baluarte de San Carlos junto con el de San Felipe el Alto (principio de la Alameda), pueden contener hasta 90 piezas de artillería» y continua: «En el castillo de San Sebastián se podían emplazar hasta 40 cañones y en su avanzada otros 22 cañones más». Por tanto y desde el punto de vista histórico, en cualquier baluarte o castillo de la ciudad, de los pocos que quedan, se podrían colocar estas piezas.

En este punto habría que preguntarse dónde fueron a parar los siete obuses (cañones cortos) que había en la muralla de San Carlos y San Felipe Alto (paralela a la actual calle Honduras) y que los de mi edad aun recordamos . Estas piezas eran obuses zunchados de 21 mm, modelo 1872 que pesaba cada uno 6.000 kg y cuya cureña de hierro estaba montada en afuste a la colisa, es decir sobre una estructura metálica con un eje de giro que permitía mover el conjunto horizontalmente para orientar mejor el disparo. La única pista es una foto publicada el 12 de marzo de 2008 bajo el titular de 'El Ayuntamiento guarda cinco cañones y dos guardacantones', donde se puede ver perfectamente a una de estas cureñas metálicas, en los almacenes municipales, soportando un cañón mucho más antiguo en un montaje del todo punto anacrónico.

Una forma de acabar con esta artificial polémica seria, desde mi punto de vista, si la Consejería de Cultura decidiese 'repartir' los cañones y ceder unos cuantos al Bicentenario para que los coloque en el castillo de San Sebastián, otros cederlos al Ayuntamiento para que los sitúe en las murallas de San Carlos o mejor en las Puertas de Tierra, donde actualmente se asoman entre sus merlones piezas de calibres pequeños ( de a 4 libras) que nunca estuvieron allí, en incluso ceder otros para el castillo de San Lorenzo del Puntal que siempre desempeñó un decisivo papel en la defensa de Cádiz y de su Bahía. Los mejores conservados podrían quedar instalados delante del propio Museo de Cádiz ennobleciendo aun más su magnífica fachada. Al fin y al cabo estas piezas arqueológicas son patrimonio de todos y las Administraciones deberían hacer solo eso: 'administrar' y no provocar conflictos dialécticos.

Pero una cuestión que nadie se ha planteado hasta ahora, es la colocación de estas piezas digna e históricamente correcta, para que sea comprendido por el público como se manejaban y disparaban estos cañones de avancarga. Para ello es imprescindible que se les dote de unas cureñas (carros soporte) que se correspondan con los planos de la época, construidas en madera y con refuerzos de hierro forjado. Pero hay un 'pequeño inconveniente' y es que el fabricar una cureña de estas características cuesta no menos de 4.000 euros. ¿Tiene el Bicentenario o el Ayuntamiento el presupuesto necesario para ello? ¿O es que se pretende dejar a los cañones tirados en el suelo, o simplemente apoyados sobre bloques de cemento?