Represión en Siria
Actualizado: GuardarLa revuelta popular extendida por buena parte de Siria, sin precedentes desde la insurrección islamista de Hama en 1982, ha causado unos treinta muertos según el recuento oficial y muchos más según medios cercanos a los manifestantes. Tal y como ha aconsejado su aliado regional y primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, sería muy saludable que el régimen adoptara tres medidas inaplazables: levantar el estado de excepción, con casi medio siglo de vigencia, aflojar el peso agobiante de los innumerables servicios de seguridad y autorizar partidos políticos. Tal es el mínimo que daría credibilidad a la pretendida reforma. Si el presidente Bashar el-Asad capitula de nuevo ante los duros del sistema baasista-alauí, como hizo tras la efímera 'primavera de Damasco' hace años, no solo se equivocará, sino que tomará el camino de su perdición, porque es imposible mantener tal nivel de represión y violencia institucional indefinidamente. Democratizar el régimen es el único medio de intentar que no se lo lleve afrentosamente el viento de la historia.