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Un drama sobre la corrupción urbanística triunfa en Málaga
La cinta se inicia cuando un constructor y especulador inmobiliario logra de su amigo y socio, concejal de urbanismo de la zona de Alicante, la recalificación de unos terrenos para poder edificar
MÁLAGA. Actualizado: GuardarLas dos películas presentadas a competición el domingo en el Festival de Málaga se perfilan como candidatas a premio. Sin ser obras completamente redondas, 'Cinco metros cuadrados', una muy negra visón sobre la corrupción urbanística de Max Lemcke, y 'Open 24H', tercer largo del catalán Carles Torras, son dos cintas muy dignas. Dos dramas de perdedores que levantaron los primeros aplausos del certamen malagueño.
Por méritos propios, la más destacada es 'Cinco metros cuadrados', segundo largo de Max Lemcke, director que con 'Casual day', su ópera prima, aportó una bocanada de aire fresco a nuestro cine. Ahora pasa de la comedia a la tragedia más negra y fija su mitrada a la corrupción urbanística en el litoral levantino.
Con Fernando Tejero y Malena Alterio como protagonistas y haciendo gala de una increíble química, muy bien secundados por Emilio Gutiérrez Caba, Manuel Morón y Jorge Bosch, la cinta se inicia cuando un constructor y especulador inmobiliario logra de su amigo y socio, concejal de urbanismo de la zona de Alicante, la recalificación de unos terrenos para poder edificar el edificio 'El señorío del mar'.
Alex y Virginia son la pareja de novios que compran sobre el plano un piso donde esperan vivir y crear una familia. La boda se aproxima y las obras no avanzan. Una estructura de hormigón, el esqueleto de una obra abandonada, es lo único que tienen. El tiempo pasa y Alex y Virginia se ven obligados a vivir en casa de los padres de ella.
La inmobiliaria les ofrece una ridícula compensación económica por los ahorros invertidos en la compra. Con las denuncias, llegan las triquiñuelas legales del constructor, que sigue disfrutando de una vida de lujo ajena a los padecimientos del ya matrimonio en crisis. Solo un final más trabajado separa a 'Cinco metros cuadrados' de ser una gran película, digna heredera de títulos como 'El pisito' o 'El inquilino', joyas del cine español que tocaron el problema de la vivienda. Lemcke explicó que la película, aún sin distribución ni fecha de estreno, «es la historia de un perdedor moderno, un símbolo en este momento de confusión, un héroe anónimo, sin grandes pretensiones, que anhela tener una casa, fundar un hogar que se convierte en un infierno».
La realidad supera la ficción
Sobre su protagonista, que no deja de pelear y llega a la violencia física contra el estafador, Lemcke aseguró que «nos redime y dignifica frente a la humillación de los poderosos». «Recomendaría esta película a todos los concejales de urbanismo de todos los pueblos de España», dice Lemcke, quien aseguró que la película «no está basada en hechos reales, aunque todos sabemos que eso está pasando». Jorge Bosch, secundario, aprovechó para denunciar al constructor, en paradero desconocido, que le vendió una casa.