:: TEXTO: ARTURO CHECA :: FOTOGRAFÍA: EMMANUEL DUNAND/AFP
Sociedad

La guerrillera del tabaco

En su jardín de Brooklyn crecen 100 plantas de tabaco. En su sótano cuelgan cientos de hojas secas. En su casa abundan los ceniceros desbordados de colillas. Y ella enciende un pitillo tras otro mientras palpa orgullosa un gigantesco saco repleto de picadura

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En su jardín de Brooklyn crecen 100 plantas de tabaco. En su sótano cuelgan cientos de hojas secas. En su casa abundan los ceniceros desbordados de colillas. Y ella enciende un pitillo tras otro mientras palpa orgullosa un gigantesco saco repleto de picadura. Es más, 'Albert', su loro gris africano, parlotea como muchos de sus congéneres, pero hay un sonido que clava: el ruido de un mechero al encenderse, un gesto que su dueña repite decenas de veces al día.

La expolicía de Nueva York Audrey Silk es una activista contra la prohibición de fumar, una guerrillera de la nicotina. Cultiva y fabrica tabaco en casa sin pagar ni un centavo en impuestos. Es su manera de protestar contra la inminente ley anunciada por el alcalde Michael Bloomberg: impedirá fumar en playas, parques o lugares concurridos como Times Square.

Las tasas han disparado hasta los 10 euros el precio del paquete en EE UU. La televisión repite a diario un impactante anuncio de un niño llorando desconsolado por la muerte de su padre, víctima del tabaco. Pero Silk, que a sus 46 años parece sexagenaria, sigue a la suya. Asegura que se ahorra 5.600 euros con cada 100 plantas que cultiva. Y quema un cigarro después de otro con la misma frase tras la primera calada: «Jódete Bloomberg».