OCHO PERLAS
Actualizado: GuardarCuando los hijos de este surrealismo andaluz que nos engendró vayamos pasando por los controles del Paraíso o los 'point-Charly' de los avernos, tendremos que explicar detalladamente lo que es, y seguirá siendo, entonces, haber nacido, crecido y sobrevivido en esta tierra engendradora de lo que llamamos surrealismo. Cuando menos, en tales controles, excusaran en parte nuestros excesos existenciales, nuestra inclinación por lo burlesco y calibrarán esta pasión colectiva por vivir en un imaginario. Andalucía comprende ocho perlas surrealista, una por provincia pero todas con sus propias peculiaridades.
Hoy toca Jerez, y cómo dijo un fino observador de esta realidad, «Lo lógico en Jerez es ser caballo». Pero nada de mula de carga. Jacas y potros con toda la insolencia corporal de sus movimientos. Y la política no podía estar ausente. Y por ahí se deslizan los duendes del surrealismo en los días que corren. Con todo ello, no podemos aspirar a que nos entiendan fuera de esta tierra nuestra.
Nos asomamos días atrás por la situación política de esta ciudad-estado (de facto) que es Jerez para intentar comprender las luces, los guiños y las voces de los ancestros locales. Y por medio de tantos ruidos y sobresaltos del desvarío de unos y otros, flotaba la imagen del recuperado Pacheco, don Pedro, un señor que de haber nacido en California se hubiera convertido en una estrella de Hollywood o en un novelista de tramas negras. Claro, alcalde de san Francisco, no; allí todo se hace con la plomada de la lógica y el duermevela de la leyenda del éxito individual que no cesa.
Entonces, parece que sí. El PSOE andaluz le dio el toque al ex mandatario municipal y en pocas horas Pacheco había reunido a su 'gabinete de crisis' para evaluar el toque municipalita que la habían dado los del Puño y la Rosa. Todo antes de quedarse sin opciones de gobernanza en el Ayuntamiento. Los móviles echaban humo, y de los 'sms'mejor no mencionarlos. Y ya mejor no escribir de las comidas entre Chaves, Fustegueras y la todavía alcaldesa, doña Pilar, una mujer de carácter donde las haya, y que rechaza a Pacheco tanto racional como irracionalmente. Es probable que con Chaves, Zarrías y Guerra en Madrid, el PSOE recupere la respiración, pero ¿qué acabará pasando en Andalucía? La gerontocracia andaluza no quiere ni pensarlo.