ESPAÑA

«Sin ti no soy nada»

El vicepresidente primero del Gobierno y el diputado del PP protagonizan un nuevo rifirrafe a cuenta del chivatazo a ETA Rubalcaba trata de ridiculizar al diputado popular Gil Lázaro con el título de una canción del grupo Amaral

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Alfredo Pérez Rubalcaba retornó ayer, tras cuatro semanas de ausencia, a la sesión de control al Gobierno y lo hizo con ímpetu. El vicepresidente primero, recién recuperado de una infección que le tuvo hospitalizado, se empleó a fondo en el Congreso en su ya tradicional duelo de los miércoles por el 'caso Faisán' con el diputado popular Ignacio Gil Lázaro, protagonizó la anécdota parlamentaria del día y se metió en el bolsillo a la bancada socialista, que terminó por jalear su intervención con vítores y aplausos.

El ministro del Interior no enseñó sus cartas de entrada y escuchó impertérrito cómo Gil Lázaro le señalaba a él y a José Luis Rodríguez Zapatero como los «responsables políticos» del chivatazo a ETA registrado en mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún. El diputado del PP responsabilizó también al vicepresidente de haber conducido el caso a «un callejón sin salida» y le reprochó su «prepotencia y soberbia», que le han llevado a «engañar» al Parlamento para escurrir el bulto.

Gil Lázaro -que volvió a quejarse porque el ministro no le respondía a su pregunta- también recomendó a Rubalcaba que «no haga planes de muy largo alcance -en clara referencia a los rumores que lo colocan como candidato para relevar de Zapatero-, porque la justicia se le puede aparecer en cualquier momento». El diputado opositor prohibió asimismo al ministro que vuelva a acusar al PP en el Congreso de agitar el chivatazo para ocultar los éxitos de Interior en la lucha contra ETA y le espetó, a modo de conclusión, que «en cualquier otro país habría tenido que dimitir o estaría cesado».

Ánimos sospechosos

Cuando llegó su turno de réplica, Rubalcaba pasó al contraataque. Dijo que, en un principio, le había llamado la atención el mensaje que Gil Lázaro le mandó durante su reciente convalecencia con ánimos para que se recuperase y pudiese regresar pronto al pleno para contestar sus preguntas.

Sin embargo, añadió, en cuanto se puso a pensar en ello se dio cuenta de que la razón del ruego era tan «obvia» que «no sé cómo no se me ha ocurrido antes». «¿Qué haría usted sin mí los miércoles? ¿De qué hablaría? Y, sobre todo, ¿qué haría los miércoles por la noche, cuando pasea por esas tertulias de extrema derecha glosando infamias que ha dicho en esta Cámara? ¿Qué haría sin mí y sin el caso (Faisán)?», preguntó a su interpelante con evidente malicia y entre aplausos de la bancada socialista y pitos de los populares.

«Es (usted) como la canción de Amaral: 'Sin ti no soy nada'», espetó a su oponente ante la carcajada socialista. «Como sé que va a seguir preguntando» por el Faisán, concluyó el vicepresidente, quien ya ha contestado en el pleno a unas 40 cuestiones del diputado popular sobre este asunto, «esmérese un poco, pregunte cosas nuevas y cambie sus infamias, que son intolerables».