José Luis Rodríguez Zapatero, flanqueado por Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón en la última celebración de la Pascua Militar. :: AP
ESPAÑA

El PSOE entra en estado de alerta ante la inminente renuncia de Zapatero a la reelección

El presidente del Gobierno descarta los consejos de la vieja guardia de esperar hasta después de las elecciones de mayo

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE entra en estado de alerta ante la posibilidad, muy alta según muchos dirigentes, de que José Luis Rodríguez Zapatero anuncie en el comité federal del 2 de abril que no va a ser el candidato en las elecciones generales de 2012. La impresión más extendida entre los socialistas es que será así y que el presidente del Gobierno desoirá la consejos de varios notables de la viaje guardia para que pospusiera el anuncio hasta después de los comicios locales y autonómicos.

Nadie tiene la certeza de que el líder del PSOE vaya a hacer el anuncio el primer sábado de abril. Es más, en la Moncloa sus colaboradores dudan de que vaya a ser así, aunque tampoco lo niegan. Pero hay datos que avalan esa posibilidad. Zapatero anunció hace unos meses que informaría en los órganos de dirección del partido de lo que pensaba hacer, y la máxima instancia entre congresos es el comité federal, que solo tiene prevista una reunión antes de las autonómicas y municipales.

El presidente del Gobierno, al parecer, no va a esperar a ver el mapa de España tras el 22 de mayo, consejo que le habían dado algunos veteranos del partido, entre ellos José Bono. Si fuera así, han pesado más sus convicciones de no perjudicar al PSOE en la cita con las urnas y las presiones de los barones territoriales que no querían una campaña plebiscitaria sobre el jefe del Ejecutivo que opaque el examen de su gestión.

Si dice, como apuesta la gran mayoría de los socialistas, que no se presenta a la reelección se abrirían un sinfín de incógnitas. Abrir un proceso de primarias a continuación del anuncio supondría solapar el proceso interno con la precampaña que en nada beneficiaría a los candidatos autonómicos y locales. Posponer la elección del sucesor hasta después de los comicios alimentaría la sensación de vacío de poder. No celebrar primarias y proclamar por aclamación a otro dirigente destaparía el malestar de importantes sectores del partido porque esa fórmula sería la versión PSOE del 'dedazo' de José María Aznar con Rajoy.

A pesar de estos interrogantes hoy sin respuesta, la convicción de que el presidente del Gobierno va a dar un paso al costado es casi general. Algún exministro, como Jordi Sevilla, ha apostado por su continuidad, pero pocos más. Es cierto que el discurso público de los dirigentes relevantes es que el jefe del Ejecutivo es el mejor candidato, pero en privado no es así. Los que conocen los estudios que maneja la dirección del partido insisten en que la marca Zapatero está por debajo que la marca PSOE, a diferencia de lo que ocurrió en 1996, cuando la imagen del partido iba a remolque de la de Felipe González, un dato que, sin duda, favoreció que Aznar ganara por los pelos las elecciones de aquel año.

'Achicharrado'

Además de los informes internos, los dirigentes socialistas son conscientes, y el primero que lo sabe es Zapatero, de que el líder está 'achicharrado' ante la opinión pública por su gestión de la crisis. El propio presidente del Gobierno habría confesado a sus más próximos que su divorcio con el electorado progresista no tiene vuelta de hoja después de las medidas que ha adoptado y que han golpeado la línea de flotación de las señas de identidad socialista. Además, comentaba un dirigente que estuvo desde el primer momento con Zapatero dentro del grupo Nueva Vía, «el presidente es muy de partido y sabe que su presencia perjudica electoralmente al partido».

El problema ahora es cómo articular el relevo. Los dos nombres que suenan, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, manejan escenarios distintos. El vicepresidente es reacio a disputar unas primarias en las que tiene poco que ganar y mucho que perder; sabe que, por edad, su momento es ahora. Mientras que la ministra de Defensa es una entusiasta de ellas porque tiene mucho que ganar y poco que perder pues puede esperar a 2016 ó 2020.

En las quinielas del partido el preferido es Rubalcaba, cuenta con el apoyo de la mayoría de los barones, de buena parte de la ejecutiva federal y, a tenor de las encuestas, es el mejor valorado por los votantes socialistas. Chacón cuenta con menos respaldo, pero tiene a su favor que es una apuesta de futuro, un detalle no menor dentro del PSOE, donde muchos dan por perdidas las próximas elecciones generales sea el que sea el candidato. Aunque también hay dirigentes que albergan esperanzas con la convicción de que el vicepresidente es, a su juicio, mejor candidato que Rajoy, hundido en la valoración ciudadana a pesar de que el PP tenga el viento a favor.