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Protección aérea para los libios

La coalición de París subraya que los ataques no buscan derrocar a Gadafi sino salvaguardar a la población

PARÍS. Actualizado: Guardar
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La cumbre en París de la coalición internacional contra Muamar Gadafi lanzó ayer las operaciones militares en el cielo de Libia en cumplimiento de la resolución adoptada el jueves por la noche por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El primer disparo de las fuerzas aliadas en territoio libio fue efectuado a las 17.45 horas por uno de los cuatro aviones de combate movilizados por Francia. Tuvo como blanco un convoy de vehículos blindados, en una demostración de que la misión de protección a la población civil no tiene como objetivo exclusivo establecer una zona de exclusión aérea.

A este primer paso ofensivo le siguió el disparo de más de un centenar de misiles desde buques estadounidenses y británicos en el Mediterráneo. Barcos de guerra de EE UUy Reino Unido lanzaron más de 110 misiles de crucero Tomahawk contra los sistemas antimisiles libios y alcanzaron más de una veintena de objetivos, según informó anoche el Pentágono.

Al término de la cumbre, al filo de las tres y media de la tarde, Nicolas Sarkozy anunció que la aviación francesa ya había comenzado a impedir los ataques aéreos sobre Bengasi, sede del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio. También adelantó, como se comprobó poco después, que su misión incluye intervenciones contra los blindados en tierra que «amenacen a civiles desarmados».

El presidente galo recordó que el coronel Gadafi había «despreciado» la advertencia formulada la víspera por Francia, Reino Unido, Estados Unidos y los países árabes, asumida por todos los participantes en la cumbre. El ultimátum anunciaba un recurso a los medios militares por parte de la coalición internacional en caso de ausencia de un alto el fuego inmediato y de una retirada de las fuerzas que han atacado a las poblaciones civiles durante las últimas semanas.

Sarkozy dejó una vía de salida al régimen libio al plantear una reapertura de la puerta de la diplomacia a partir del momento en que cesens las agresiones contra los insurrectos. «Todavía tiene tiempo el coronel Gadafi para evitar lo peor conformándose sin demora y sin reserva a todas las exigencias de la comunidad internacional», dijo.

Pero el presidente galo dejó claro que el objetivo de la ofensiva aliada no consiste en derrocar al líder libio sino en proteger a la población civil de «la locura mortífera de un régimen que, asesinando a su propio pueblo, ha perdido toda legitimidad». «El futuro de Libia pertenece a los libios. No queremos decidir en su lugar. El combate que libran por su libertad es suyo. Si intervenimos al lado de los países árabes no es en nombre de una finalidad que trataríamos de imponer al pueblo libio, sino en nombre de la conciencia universal que no puede tolerar semejantes crímenes», proclamó.

El comunicado conjunto de los participantes en la cumbre recuerda que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas considera que las agresiones de las tropas gubernamentales libias podrían constituir crímenes contra la Humanidad y ya se ha puesto el asunto en manos de la Corte Penal Internacional. Además del cese inmediato de las acciones violentas contra la población civil, los aliados exigen la retirada de las tropas de Gadafi de las zonas en las que entraron por la fuerza, el regreso de estas fuerzas a sus cuarteles y el acceso libre a la ayuda humanitaria.

Los firmantes del texto recuerdan que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad no permite ni ocupación ni tentativa de ocupación territorial de Libia. Su pretensión estriba en ayudar al pueblo libio a «construir su futuro y sus instituciones en un marco democrático» con «pleno respeto» a la soberanía y la integridad territorial del país.

Coalición de 18 países

Rubrican el documento los mandatarios de los 18 países participantes: once europeos (Francia, Reino Unido, Alemania, España, Italia, Polonia, Dinamarca, Grecia, Bélgica, Holanda y Noruega), cinco árabes (Catar, Irak, Emiratos Arabes Unidos, Jordania y Marruecos) más Estados Unidos y Canadá. Entre los signatarios figuran además el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon; el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa; y el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.

En las operaciones militares no participará Alemania, que se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad, aunque Angela Merkel reconoció la necesidad de poner término a la violencia de Trípoli. La canciller germana declaró que su país había propuesto que varios de sus aviones de vigilancia Awacs se desplieguen en misiones de reconocimiento en Afganistán con la finalidad de liberar aeronaves estadounidenses para operar en Libia.

La coalición internacional estará coordinada por el comandante de la Sexta Flota de Estados Unidos en Europa, el vicealmirante Harry B. Harris jr., pero cada país aliado conservará el mando de sus tropas.