Cuenta atrás para el Bicentenario
PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA Actualizado: GuardarYa solo falta un año para la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, la Pepa. Para la bahía gaditana serán unos meses cruciales en los que se completarán algunas obras esenciales para su desarrollo sostenible. Estoy convencido de que 2012 será una fecha clave, en la que recuperaremos lo mejor del pasado para construir el mejor de los futuros.
El Gobierno andaluz se ha implicado desde el primer momento en una conmemoración que redibujará para siempre los perfiles de Cádiz. Un compromiso que se ha materializado en la rehabilitación y puesta en valor del patrimonio histórico, artístico y monumental del Doce, y en la ejecución de importantes infraestructuras, gracias a la cooperación de todas las administraciones, entidades y personas involucradas en este histórico evento.
Teníamos a quien emular. Hemos seguido el ejemplo de la voluntad de consenso sembrada hace 200 años por las Cortes de Cádiz para continuar la construcción de una Andalucía moderna, diversa, solidaria y engarzada a una España unida en torno a una Constitución de todos y para todos.
Apenas unos meses quedan para conmemorar la promulgación de la Pepa, nacida de la reunión en San Fernando de las Cortes de la Real Isla de León; del arrojo de los diputados doceañistas en el Oratorio San Felipe Neri desafiando el asedio de las tropas francesas.
San Fernando y Cádiz fueron entre 1810 y 1812 el epicentro de una revolución ideológica, política y cultural que condujo a los españoles a la libertad y a la democracia. Una revolución que se libró con armas tan poderosas como la palabra y la razón, asidas por unos ciudadanos libres e iguales, dispuestos a luchar contra la opresión y a sentar las bases del progreso.
Aquellos hombres forjaron los primeros pilares de nuestro actual Estado, establecieron la vigente división de poderes, asentaron el principio de la soberanía nacional, promulgaron derechos individuales y proclamaron, entre otras muchas, la libertad de imprenta. Tejieron, en definitiva, los mimbres necesarios para edificar una España justa y solidaria que entraba en la era contemporánea. Diseñaron, en las sesiones de Cortes, una patria común.
Siempre estaremos en deuda con aquellos diputados de ambos hemisferios que hicieron posible el inicio del moderno parlamentarismo y constitucionalismo en el mundo de habla hispana. Por ello, celebrar el Bicentenario es conmemorar una de las más bellas páginas del compromiso de España con los grandes valores que emanan de la libertad. Principios que germinaron en la Bahía de Cádiz e hicieron de la Pepa un legado de incalculable valor y un referente histórico permanente.
Sin la semilla de la libertad que hace doscientos años brotó en San Fernando no podría entenderse lo mejor de la historia contemporánea del pueblo andaluz y español. Ése ha de ser el espíritu que presida los actos de 2012. Una fecha conmemorativa que volverá a resaltar el papel de Cádiz en la tradición democrática y la trascendencia de su texto normativo, la primera Carta Magna liberal de Europa, como fuente de inspiración.
Válida incluso para afrontar la dura coyuntura económica que vivimos en la actualidad. Un terreno en el que varios diputados doceañistas también nos dieron una lección cediendo, en el contexto de estrechez que entonces atravesaba el país, el sueldo que les pertenecía a favor de "la patria", como bien recogió la prensa gaditana de la época. Hoy, esa entrega se pone de manifiesto en el esfuerzo inversor y en la cooperación de todas las administraciones para con esta empresa, pese a las dificultades del momento actual.
La cuenta atrás ha comenzado. Todos, instituciones públicas, entidades privadas y sociedad civil, tenemos el reto de revivir el coraje de un pueblo que dejó al mundo un legado de derechos y libertades cuyo conocimiento nos ayudará, sin duda, a superar las incertidumbres que ahora nos desvelan. La voluntad de todos ha de converger en una fecha que será un importante impulso económico para la zona.
Nuevos equipamientos, infraestructuras y la recuperación para los ciudadanos de espacios vinculados emocionalmente al Doce, serán parte de nuestro legado para las generaciones venideras.
La historia de Cádiz no se ha detenido al borde del pasado, pero tampoco desdeña sus logros. La Constitución de 1812 se aprobó ese año pero tendremos que defenderla siempre. Para cumplir la historia quedamos nosotros.