Un Awacs E-3 de la OTAN en la base alemana de Geilenkirchen. :: REUTERS
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Última oportunidad para Gadafi

EE UU, Francia y Reino Unido se preparan para atacar Libia si el dictador no frena «de inmediato» la ofensiva contra los rebeldes

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Se acabó el tiempo de las negociaciones. EE UU, Francia y Reino Unido amenazaron ayer a Muamar Gadafi con imponer por la fuerza el cese de los ataques a la población. Pese a que el régimen libio declaró un alto el fuego, las tres potencias no creen en la palabra del dictador y le exigieron que detenga de «inmediato» el avance de sus tropas hacia las posiciones rebeldes. De lo contrario y, en palabras de Barack Obama, tendrá que atenerse a las «consecuencias».

El régimen libio, todo un experto en triquiñuelas y maniobras desconcertantes, sorprendió a la comunidad internacional con su reacción a la resolución dictada por el Consejo de Seguridad de la ONU la noche del jueves. Lejos de atrincherarse con una cascada de improperios, el ministro de Exteriores, Mousa Kosa, proclamó que siguiendo las exigencias de Naciones Unidas se había ordenado «un inmediato alto el fuego y el cese de todas las operaciones militares» contra los rebeldes.

Francia y Gran Bretaña respondieron en primer lugar al régimen libio con la misma firmeza que han empleado en las últimas semanas hasta conseguir el aval de la ONU para cerrar el cielo del país. Esta medida, concebida para proteger a los civiles, conlleva ataques militares para destruir como mínimo las defensas antiaéreas. El primer ministro británico, David Cameron, remarcó que «Gadafi será juzgado por sus acciones, no por sus palabras». En París, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Bernard Valero, aseguró que el dictador norteafricano «empieza a tener miedo, pero sobre el terreno la amenaza no ha cambiado». La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, tampoco dio credibilidad al anuncio de alto el fuego. «No nos dejaremos impresionar por las palabras», subrayó antes de reclamar pruebas del cese de los ataques. Los rebeldes, en una posición de extrema debilidad por su escaso armamento y acorralados en Bengasi, denunciaron que las operaciones militares no han parado.

En un mensaje radiofónico previo a la decisión de la ONU en la noche del jueves, Gadafi advirtió a las fuerzas opositoras de que les perseguiría «casa por casa, habitación por habitación». «Os encontraremos en vuestros armarios y no habrá piedad», amenazó. Obama recordó en su intervención de ayer estas palabras antes de lanzar su ultimátum. El presidente norteamericano exigió que el alto el fuego se haga efectivo «de inmediato», las tropas leales al dictador detengan su avance y la ayuda humanitaria llegue a la población. Si estas condiciones no se cumplen, el líder demócrata remarcó que están «listos para actuar».

«Cuestión de horas»

Pese a la determinación mostrada por Obama, Francia y Reino Unido parecen un paso por delante. Antes de que el régimen libio declarara la tregua, un portavoz del Elíseo anunció que las primeros ataques podían llevarse a cabo en cuestión «de horas» una vez logrado el permiso de la ONU. Según distintas fuentes, los cazas de la base corsa de Solenzara pueden plantarse hasta en sesenta minutos en territorio libio. Además, la Marina gala cuenta en su base de Toulon -cerca de Marsella- con el portaaviones 'Charles de Gaulle'. El buque insignia francés puede transportar hasta 35 aviones Rafale, un versátil caza para todo tipo de ataques.

La mítica RAF británica, que cuenta con una base en Chipre, ya ha empezado a movilizarse por orden del Gobierno. Cameron anunció durante su comparecencia que aeronaves de la clase Tornado y Typhoon volarían en las próximas horas desde Reino Unido a puntos sin identificar de la región.

El papel militar de EE UU no está del todo definido. Según 'The Times', la Marina norteamericana cuenta en el Mediterráneo con cinco buques -uno de ellos con 400 marines a bordo- y unos 40 cazas F-16 en la base italiana de Aviano. El gigante militar mundial podría incrementar fácilmente sus fuerzas, pero Obama ya ha dejado claro que intentarán forjar una amplia coalición internacional.

De momento, al margen de EE UU, Francia y Gran Bretaña, otros diez países -España incluida- han mostrado su disposición a participar en la operación. Entre ellos se encuentran Catar y Emiratos Árabes, aunque todavía se desconoce su grado de implicación. Las potencias occidentales, que tienen más que presente el fantasma de Irak, trabajan para lograr el mayor respaldo posible en la región.

En el marco de este esfuerzo por articular una sólida coalición internacional, Sarkozy ha convocado hoy en París una cumbre para analizar los siguientes pasos a dar tras la resolución del Consejo de Seguridad. A la cita asistirán los máximos representantes de la ONU, la UE, la Liga Árabe y la Unión Africana.