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Gadafi prepara el asalto de Bengasi
Las fuerzas del dictador libio bombardean la capital de los rebeldes y uno de sus hijos dice que para mañana todo habrá terminado
TOBRUK. Actualizado: GuardarBalas trazadoras se elevan al cielo estrellado de Tobruk. La ciudad libia dista 150 kilómetros de la frontera con Egipto y se prepara para la posible llegada de las fuerzas de Muamar Gadafi. «La carretera del desierto viene en línea recta desde Ajdabiya y sus fuerzas podrían llegar en menos de cuatro horas para cerrar el acceso al puesto fronterizo y controlar el puerto», advierte un activista de los derechos humanos de la segunda ciudad más importante del país, situada en una zona liberada en la que la tensión y el nerviosismo van creciendo con el paso de las horas.
El hijo del dictador, Saif el-Islam, declaró a las cámaras de Euronews que «todo terminará en 48 horas», una amenaza que los opositores enmarcaron dentro de la estrategia de «mentiras» y «guerra psicológica» con la que Trípoli intenta minar la moral en el este del país. «Sea cual sea la decisión, ya será demasiado tarde», adelantó la auténtica mano derecha del líder libio en referencia a la posibilidad de que la comunidad internacional decida declarar la zona de exclusión aérea. En sus declaraciones también tuvo una mención especial al presidente francés Nicolás Sarkozy, primer dirigente europeo en apoyar la revuelta, a quien llamó «payaso» y acusó de «recibir dinero del pueblo libio» para llevar a cabo la campaña electoral de 2007.
Pero las amenazas se concretan sobre el terreno con el avance imparable de unos hombres de Gadafi que en las últimas horas han intensificado sus ataques sobre Misrata, último bastión rebelde en el oeste, y Ajdabiya, enclave situado a 180 kilómetros de Bengasi que tiene la llave de acceso al corazón de la Libia liberada. Pegados a la televisión, los vecinos de Tobruk sintonizan Al-Jazeera y siguen las noticias en silencio.
Los partes de guerra son cada vez más preocupantes y hablan ya de los primeros bombardeos en zonas cercanas al aeropuerto de Bengasi. Algunos vecinos apelan a la épica y a la fe en Dios para sacar la situación adelante. Mientras, el Ejército de Gadafi ataca desde el mar y aire abriendo paso al avance de sus tropas terrestres que van tomando posiciones y rompen las cada vez más débiles y menos pobladas líneas defensivas rebeldes. La noticia más esperanzadora del día fue la captura de un buque petrolero con 25.000 toneladas de fuel que tenían por destino el puerto de Zawiya y acabaron en Tobruk, según comunicaron desde el Consejo Nacional rebelde.
Propaganda oficialista
Junto a la estrategia militar, Trípoli ha puesto en marcha su maquinaria de propaganda a través de sus medios de comunicación que ayer informaron de la unión de dos importantes tribus de Bengasi a la causa gadafista, extremo inmediatamente negado por los responsables de la oposición que tachan todo lo que llega por esos canales de «mentiras».
Al mismo tiempo que Gadafi envía invitaciones a medio mundo para que los periodistas viajen a Trípoli a seguir sus ruedas de prensa y concede entrevistas un día sí y otro también, a los informadores que permanecen en el este del país les advierte que «serán tratados como terroristas». Cuatro periodistas del diario' The New York Times' fueron capturados en las proximidades de Ajdabiya por los hombres del dictador y permanecían en paradero desconocido.
Mañana concluye el plazo de 48 horas dado por Saif el-Islam. Será viernes, día de oración y de protesta, el día en el que, como ocurrió anteriormente en Egipto y Túnez, las revoluciones cambian de sino.