«Si escucho un solo insulto, paro el partido»
Actualizado: GuardarÁngel Andrés Jiménez Bonillo ha decidido que quedarse en la simple queja no resuelve nada: «El sentido del deporte se está perdiendo. ¿Por qué damos por sentado que insultar al árbitro es parte del juego? Se da por normal algo que debería ser anormal. Ante esta situación, yo sentí la necesidad de rebelarme. De tomar medidas». Jiménez Bonillo montó una asociación ('Deportesininsultos.com') y resolvió pasar a la acción. Antes de los partidos, reúne a los chavales, a los entrenadores y a los delegados. «Me presento, para que vean que soy una persona como ellos y les digo que aquí venimos a divertirnos. Ellos y yo. Les subrayo que deben aceptar las normas del juego y los errores, porque todos los cometemos». Y luego, cuando empieza el partido, se muestra inflexible con el público: «Si escucho algo insultante desde la grada, hacia mí o hacia los jugadores, paro el partido. Si la cosa no se calma y pasa a mayores, pido la intervención de la Policía». La cosa funciona: «De momento, no he tenido que llegar a eso y ahora disfruto mucho más que antes. Esto demuestra que cuando se lanza un mensaje, cuando se hace pensar un poquito a la gente, su comportamiento cambia».