El Cristo de la Esperanza saldrá el miércoles 23 de marzo. :: ESTEBAN
Jerez

La Esperanza tendrá que esperar

Por primera vez en la historia, el vía crucis de las cofradías se pospone por la meteorología

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Reunía todas las condiciones para ser un vía crucis único, innovador y novedoso, pero ahora es histórico. Porque nunca antes se había aplazado por causa del mal tiempo la celebración del vía crucis de la Unión de Hermandades, y ésa fue la decisión que se tomó ayer por la mañana, viendo las inclemencias meteorológicas que existían y que amenazaban las horas en las que el Señor de la Esperanza debía estar en la calle, camino de la Santa Iglesia Catedral. Bien es cierto que a la noche las condiciones mejoraban, pero la sensatez se impuso tanto en el Consejo como en el Obispado, y decidieron posponer la celebración del vía crucis para la tarde del próximo 23 de marzo, miércoles de la semana que viene que ya estaba marcado en rojo en el calendario de los cofrades puesto que estaba prevista la celebración de vía crucis de las jornadas mundiales de la juventud, con la cruz que está recorriendo España antes de llegar a Madrid para presidir el encuentro mundial de jóvenes que contará con la presencia de Benedicto XVI.

Todo cambia por tanto, salvo la clásica imagen que la hermandad ha querido mostrarnos del crucificado del Jueves Santo, absolutamente espectacular. Coronado con potencias en plata de ley, el Santísimo Cristo de la Esperanza renace a los ojos de los cofrades gracias al portentoso y arriesgado trabajo que la mayordomía de la cofradía del Jueves Santo ha realizado sobre la imagen. La cruz, de carey y remates en plata, de amplias dimensiones debido a la envergadura del crucificado, es obra de Arquitectura del Mueble, la empresa que regenta José Ignacio Soto, hermano de la cofradía de la Vera-Cruz. Gracias a ella, la visión de la imagen es novedosa y atractiva, recordando los años de esplendor de una cofradía que tiene una estética e imagen cuidadosamente estudiada, y que le confiere una singularidad respecto al resto de cofradías jerezanas. La cruz, donada por un grupo de hermanos, sirve también para que la hermandad, de manera simbólica, alce la voz contra la normativa de retirada de los crucifijos.

La hermandad, no contenta con este estreno, decidió cambiar la estética de los vía crucis, tal y como la entendíamos. Con el argumento de la importancia de la cruz en la vida del cristiano, el Señor de la Esperanza caminaría erguido, puesto de manera vertical, para que la cruz fuera más visible, cuando la tendencia habitual es que los crucificados hagan vía crucis tumbados sobre unas andas portadas por los propios hermanos. El resto, de sobra conocido ya, llevaba a la hermandad a modificar y reutilizar la carroza que servía al Corpus de la ciudad, perfectamente rematada con unos faldones negros para la ocasión, y con los faroles del Cautivo de Chipiona. Y todo ello, rematado con las tradicionales piñas cónicas que monta la hermandad de la Vera Cruz tanto para sus cultos como para la salida procesional, en esta ocasión, en iris morado. Un ejemplo de superación y conocimiento, que llevaba a la hermandad a rememorar su época dorada, y que se completaría con el traje oscuro obligatorio para los hermanos que acompañarían al crucificado por las calles de Jerez, así como con la capilla musical y el grupo de acólitos, que aumentaría en número para este ejercicio piadoso.

Pues gracias a la decisión de manera consensuada de Obispado, Consejo y hermandad, esta estampa la podremos ver el próximo 23 de marzo, aunque encajada dentro del vía crucis de la Jornada Mundial de la Juventud que también iba a organizar la Unión de Hermandades. Se convierte por tanto en un único acto con dos cruces, una simple, la otra protagonista del evento, que sin embargo adoptará el formato que planteaba el segundo de los vía crucis frente al oficial de las hermandades. Esto significa que las estaciones se leerán en la calle, o al menos parte de ellas, ya que la comitiva saldrá de la Santa Iglesia Catedral con destino a San Miguel. En la Catedral se leerán las primeras estaciones del ejercicio cultual, mientras que en San Miguel está prevista la recepción tanto de la parroquia como de la hermandad que tiene sede canónica en el templo, el Santo Crucifijo de la Salud. Una vez abandonado San Miguel, la comitiva partirá hacia San Marcos, donde se leerán otras estaciones antes de volver a la Catedral, donde el obispo tendrá a su cargo la meditación final del vía crucis. Concluido el acto, sobre las once de la noche, la hermandad de la Vera-Cruz pondrá rumbo a San Juan de los Caballeros, donde está previsto que se recoja la comitiva sobre la medianoche.

Muchos cambios por tanto, pero todos debidamente pensados para que nadie pierda la oportunidad de orar ante el Santísimo Cristo de la Esperanza.