El director general de la Agencia Tributaria, Juan Manuel López Carbajo, durante la entrevista. :: JOSÉ RAMÓN LADRA
Economia

«Todos hemos visto en las notarías pagar grandes cantidades en efectivo»

Hacienda inicia esta semana la segunda fase de su plan de 'visitas' a empresas sospechosas de ocultar actividad Juan Manuel López Carbajo Director general de la Agencia Tributaria

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Juan Manuel López Carbajo (Perilla de Castro, Zamora, 1956) llegó a la dirección de la Agencia Tributaria a finales de abril de 2010, con el país abrumado por espectaculares cifras de déficit e inmerso en subidas de impuestos. En diez meses ha cumplido los objetivos de ingresos y de lucha contra el fraude que fijó el equipo anterior y ha reforzado el cerco a la economía sumergida, una de sus obsesiones junto con la escasa conciencia fiscal. A la vista de sus afirmaciones, este año quiere poner bajo su lupa a los profesionales, sobre todo a notarios y a quienes defraudan con el IVA.

-En febrero iniciaron con la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo un plan de visitas a empresas. ¿Qué resultados ha dado?

-Son actuaciones para ampliar la información de que ya disponemos. Podemos tener un indicador de que en un sitio hay actividad sumergida, por ejemplo, a raíz del consumo de electricidad, pero queremos contrastar la información. Llamamos a la puerta de ese negocio, preguntamos al empresario si está al corriente de sus obligaciones y tomamos nota de su situación. Los datos sirven luego para hacer nuestros planes y elegir bien a los contribuyentes que queremos inspeccionar.

-¿Y cómo reaccionan esas personas cuando llaman a su puerta?

-Me han hablado de algún trabajador que escapaba corriendo porque no estaba dado de alta y pensaba que se creaba un problema a sí mismo y a la empresa. Este es un plan en varias fases, se ha cumplido la primera y pronto haremos la segunda.

-Si no estoy mal informado, la segunda fase empieza esta semana.

-Bueno, sí, esos eran los planes.

-¿En qué se diferenciará la segunda fase de lo hecho hasta ahora?

-Son también actuaciones en la calle, pero no serán con la misma gente, en las mismas empresas ni con el mismo protocolo.

-¿A qué lugares piensan ir ahora?

-A muchos sitios (ríe), están muy repartidos los controles.

-Este año tienen por primera vez los datos de todas las operaciones bancarias con más de 3.000 euros en efectivo. ¿Para qué les servirán?

-Para investigar con más facilidad el uso de billetes de alta denominación. Hay que identificar quién usa esos billetes, dónde y en qué actividad. Cuando se usan grandes cantidades de efectivo, generalmente se está ocultando actividad. Con estos datos podremos investigar con más facilidad que hasta ahora.

Sector inmobiliario

-Da la impresión de que han aflojado el control sobre el ladrillo.

-En los años del 'boom' el sector inmobiliario exigía buena parte de nuestros efectivos, por su gran actividad y porque es muy proclive al uso de dinero negro. No hay que rasgarse las vestiduras, todos hemos ido a una notaría y hemos podido ver cómo se pagan en efectivo grandes cantidades. Ahora que la actividad en el sector ha bajado mucho debe de bajar también nuestra presencia. En los años buenos le dedicábamos el 40% de nuestros efectivos, y ahora la mitad. Pero para nosotros sigue siendo un sector de riesgo.

-¿Y cuáles son los nuevos?

-Insistiremos más en ese amplio sector de profesionales con ingresos difíciles de conocer, pero en el que la gente percibe que hay fraude. Y perseguiremos más los fraudes más sofisticados, la ingeniería fiscal y los riesgos 'off-shore', que es cuando alguien coloca su patrimonio fuera de las fronteras.

-¿Qué signos externos les llevan a investigar a un profesional?

-Los que todos tenemos en la cabeza. Buscamos una discrepancia entre la renta que uno declara y los incrementos de patrimonio que ha tenido. Si alguien se compra un coche, una casa, un barco o gasta un dinero equis, ese año tiene que haber tenido renta suficiente para realizar esas inversiones o gastos.

-¿Está instalada en la sociedad la idea de 'tonto el que no defraude'?

-Hay dos fraudes muy extendidos. Uno en el sector inmobiliario: todos hemos comprado alguna vez un inmueble, lo que exige el paso por registros y notaría y pagar los impuestos. Pues todos sabemos que en las escrituras se suele mentir, porque a quienes intervienen en la operación les interesa poner un precio bajo para pagar menos impuestos. Y la Agencia Tributaria tiene muy difícil saber cuál es el precio real. El segundo fraude más conocido es el del IVA. Cuando alguien recibe en su casa a un profesional que, al cobrar una reparación, pregunta ¿con IVA o sin IVA? Todos lo hemos visto en nuestra casa o comunidad de vecinos. Son indicadores de que falta conciencia, no sé si hasta el extremo que usted dice, pero sí creo que al defraudador no se le mira tan mal como debería.

-¿A usted también le han planteado en la notaría escriturar por un precio más bajo?

-Yo soy un ciudadano como cualquiera y cuando voy a la notaría me tratan como a cualquiera. Si eso pasa como regla general, es posible que a mí me haya ocurrido. Y lo de la factura también me ha pasado.

-¿Y usted, cómo reaccionó?

-La última vez le saqué al profesional ese libro de ahí (señala), el Memento Fiscal, como prueba de que su actividad estaba sujeta a gravamen y había que facturar con IVA. Él me lo discutía y me decía que en su asesoría le habían dicho que el tipo a aplicar era diferente. Estaba claro que no estaba acostumbrado a liquidar en esos servicios.