DE MAL EN PEOR
Actualizado: GuardarSigo cayendo en la maldita tentación de utilizar el mando a distancia para acudir casi a diario a esas tertulias nocturnas llenas de descalificaciones y protagonizadas por descerebrados que juegan a inventarse el mundo convencidos de que el pan sube más que la gasolina cada vez que abren sus pestilentes boquitas. Y no escarmiento, pese a que el nivel de zafiedad ha alcanzado esta semana cotas inimaginables.
El objeto de la ira de uno de los contertulios de la reunión, que diariamente organiza el canal auspiciado por el periódico deportivo estatal con mayor tirada, era el técnico del Arsenal, Arsene Wenger, quien literalmente fue catalogado como «sinvergüenza, caradura y robaniños». Los calificativos, que fueron pronunciados por un analista con marcada tendencia culé, provocaron la ira del bando madridista y la total indiferencia del moderador del presunto debate. Hace muy pocos meses que estas reuniones, que habitualmente se desarrollan en la barra de un bar o en la oficina, han pasado a formar parte -en horario de noche- de esta deleznable TDT que con tanta pompa nos vendieron y que tan lastimosamente se ha metido en nuestras vidas. En el fondo, este espectáculo nos ha sentado como un baño de humildad para los que nos dedicamos a la labor de informar de cuanto se cuece en el deporte, que no sólo es FC Barcelona y Real Madrid, como se empeñan en vendernos desde las dos ciudades que une el puente aéreo.
Cada vez entiendo más a quien, además de compartir mi vida, es capaz de hacerme ver que esto del balompié es una mayúscula tontería que tristemente mueve miles de millones de euros mientras la economía española -tal como la conocíamos- ha pasado a mejor vida. Todos estos mezquinos a los que me he venido refiriendo forman parte de una enorme burbuja que huele a habitación cerrada, pero que mucho me temo que resulte imposible explotar.