Sociedad

Un año con Delibes

La exitosa reedición de sus libros demuestra que el corazón del Cervantes late con fuerzaLa prolífica correspondencia del escritor vallisoletano es el último secreto que resta por publicar y que custodia la familia

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Los escritores se suelen preguntar qué quedará de su obra cuando mueran. ¿Perderá valor lo escribo? ¿Me recordarán por algún título en concreto? ¿Engrosaré la lista de los que apenas dejan huella? Las cifras de ventas de los libros de Miguel Delibes, a un año de su muerte, no pueden ser más elocuentes: más de 300.000 ejemplares vendidos en la nueva edición (y nuevo diseño) que lanzó Destino a lo largo de este año. La editorial catalana y Josep Vergés, un sello y un editor que le vieron crecer literariamente y a los que nunca traicionó. Y es que entre las grandes virtudes del premio Cervantes se encuentran la fidelidad y la lealtad. Fidelidad a sí mismo (nunca dijo ni hizo nada por lo que tuviera que arrepentirse) y lealtad al prójimo desde el momento que contraía algún tipo de compromiso.

Delibes dijo 'no' cuando le propusieron ganar el premio Planeta, dijo 'no' cuando le tentaron para que cambiara de editorial y dijo 'no' cuando le requirieron para que dirigiera el diario El País. Fue un hombre que vivió sin careta, un escritor que nunca buscó el atajo para triunfar ni ganar dinero. Y esa honradez es la que ahora valora y admira el pueblo español. Porque la devoción y el respeto -qué pocos lo consiguen- es unánime. «Nos sentimos abrumados por tantos homenajes y muestras de cariño», dijo recientemente su hijo Germán Delibes. «Nos hemos disculpado varias veces porque a pesar de que somos muchos hermanos no llegamos a todo».

Devoción hacia su obra y, sobre todo, devoción hacia su integridad como persona. «Colocas a Delibes junto a cualquiera de nuestros políticos y su catadura moral los empequeñece a todos», escribió uno de sus admiradores en un foro de internet.

El camino

'El camino', 'El hereje' y 'El príncipe destronado' son las obras que más se han vendido desde que el escritor vallisoletano falleció hoy hace un año. Estos tres títulos «destacan considerablemente sobre el resto», confirmaron fuentes editoriales. 'El camino' (1950) fue su tercera novela (antes habían aparecido 'La sombra del ciprés es alargada', premio Nadal en 1947, y 'Aún es de día' (1948). esta obra, curiosamente, siempre fue despreciada -¿injustamente?- por el escritor castellano, al que no le gustaba nada mencionarla en su biblioteca. Delibes encontró en 'El camino' su «propia voz» y «el gusto por la palabra, ese mágico juego que consiste en atrapar una idea y fijarla en el papel mediante cuatro vocablos precisos». En vez de complejizar la sintáxis (como hizo Camilo José Cela), la fue simplificando y adelgazando hasta conseguir de la sencillez una obra de arte. Escribió 'El camino' en menos de un mes, a capítulo por día, algo que maravillaba a José María Gironella. Al hojear el manuscrito, el autor catalán exclamó: «¡No es posible, si apenas hay correcciones!». Destino hizo una edición facsímil que se puede adquirir en el mercado.

A comienzos de este mes, esta misma editorial publicó una versión infantil de la aclamada novela. Las 250 páginas del manuscrito original han quedado comprimidas en 35. El libro está ilustrado por Jesús Aguado y ha sido adaptado por Mariano Veloy.

Un inédito

En los últimos años de su vida el autor de 'Las ratas' comenzó a escribir un diario que llevaba por título 'Diario de un artrítico reumatoide'. «Son unas páginas muy personales y espontáneas, con ese humor 'solanesco' que a veces le caracterizaba, pero decidió no continuarlo», explicó a Colpisa su biógrafo Ramón García Domínguez. «La útima voluntad de Miguel Delibes es que esos folios no vieran la luz y la familia lo respetará».

Otro 'inédito' es la correspondencia, aunque García Domínguez tampoco ve claro que algún día todas esas cartas salgan del cajón familiar. «Fue muy reticente a publicar la correspondencia con su editor, Josep Vergés, un libro que revela mucho de ambas personalidades, aunque al final cedió». El biógrafo piensa que sería interesante conocer todas sus cartas, «y también las de los remitentes», pero se trata de una decisión que «tiene que tomar la familia, no yo». Domínguez sostiene que Delibes «escribe cada día mejor», y a medida que pase el tiempo «más se notará» el estilo particular y genuino del novelista y periodista (dirigió durante muchos años El Norte de Castilla) vallisoletano.

Daniel el Mochuelo, Germán el Tiñoso, Roque el Moñigo, el señor Cayo, Cipriano Salcedo, Lorenzo el cazador, el Nini, Quico, Carmen Sotillos... algunos de los personajes que cobraron vida a través de las páginas escritas por Delibes, quien siempre se quitó importancia sobre el cuidado del lenguaje y la recuperación de antiguos vocablos usados en los campos castellanos. «Yo escribo bien porque vosotros habláis bien -dijo Delibes a sus paisanos tras ser investido doctor 'honoris causa' por la Universidad de Valladolid-. Tan sólo me he limitado a poner el oído y escucharos».