Un tsunami atómico
SHANGHAI. Actualizado: GuardarEl maremoto de ayer y el tsunami que provocó podrían haber quedado en una nadería si no se hubiese conseguido enfriar el reactor de la planta nuclear de Fukushima-Daiichi, en la prefectura de Miyagi, uno de los puntos más cercanos al epicentro. Porque, aunque otras once centrales nucleares se desconectaron automáticamente al detectar el temblor, el mal funcionamiento del sistema de refrigeración del reactor de Fukushima provocó que el Gobierno japonés decretara la 'emergencia nuclear'. El seísmo también originó un incendio en otra central, la de Onagawa, perteneciente a la compañía eléctrica Tohoku. No obstante, fuentes oficiales anunciaron anoche que se había logrado apagar el fuego y que el reactor estaba bajo control.
Según el primer ministro, Naoto Kan, no se han registrado fugas radioactivas y la evacuación de los residentes que se encuentran a menos de tres kilómetros de la central responde a la aplicación de un protocolo normal en esta situación. Por si acaso, el Ejército desplazó un equipo especializado en amenazas nucleares y la Agencia Internacional de Energía Atómica anunció ayer que supervisará con detenimiento ambos incidentes.
Vecinos preocupados
Pero los países vecinos ya han mostrado que un posible fallo nuclear, que siempre trae a la mente la tragedia de Chernóbil, preocupa tanto o más que la ola gigante. Comentaristas de la televisión nacional china exigieron transparencia en la resolución de «una crisis que podría tener consecuencias catastróficas». El apagado de las centrales nucleares, al que ha seguido el de otras instalaciones de carbón y diesel, ha eliminado de cuajo un 20% de la capacidad eléctrica del país y ha dejado sin suministro a 4,4 millones de hogares. Así seguirán hoy. Y zonas del noreste de la isla de Honshu continuarán sin teléfono e Internet.
Para complicar más las cosas, plantas de importancia energética clave, como la refinería que Cosmo Oil posee a 40 kilómetros de la capital, continúan ardiendo. Esta en concreto tiene una capacidad de almacenamiento de 220.000 barriles de crudo. Para evitar más complicaciones, Cosmo decidió cerrar sus depósitos en Sendai, Kashima y Negishi.