El ministro Ramón Jáuregui, ayer portavoz accidental. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno se declara ajeno al debate socialista por la sucesión

López Aguilar avisa de que el PSOE no aceptará «una solución orquestada» desde arriba para la sucesión del líder del partido

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno es una isla en el universo socialista a la que no afecta el debate sobre la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero, una polémica que está presente en cuanto se juntan dos militantes del PSOE. El ministro de la Presidencia y portavoz accidental afirmó que el Ejecutivo no tiene «ninguna molestia por ningún ruido» procedente del partido gubernamental referido a la sucesión del presidente del Gobierno. Mientras Ramón Jáuregui protagonizaba este desmarque, entre los socialistas seguía la sucesión de tomas de postura sobre el 'postzapaterismo' en un sentido u otro.

El reemplazante de Alfredo Pérez Rubalcaba afirmó que el Gobierno no tiene «nada que decir» sobre esta cuestión y además se negó a hablar de cuestiones que afectan al PSOE desde su puesto de portavoz del Ejecutivo, aunque lo sea de forma interina hasta que se restablezca el titular. Y Jáuregui no salió de ahí, sólo apuntó por toda aportación al debate que el Ejecutivo es ajeno a esa discusión que, en cambio, absorbe a los socialistas.

En esa línea de discreción, el lehendakari Patxi López reclamó a los socialistas que hablen «en casa», es decir en los órganos internos del partido, y no en los medios de comunicación del relevo o no de Zapatero porque hablar todo el tiempo del «asalto a la Moncloa» y de «cosas que no tocan» es «una falta de respeto a los ciudadanos». Dicho esto, admitió que no tiene claro si es conveniente que el líder del PSOE dé a conocer ahora sus planes para acabar con el debate sucesorio, claro que si dice que no se presenta a las elecciones de 2012 se abriría «otro melón de quién, cómo y cuándo» se elije al sustituto. López, de todos modos, repitió que, en el supuesto de que Zapatero no repitiera, su apuesta sería el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. «Me parece que sería un buen candidato», afirmó en RNE.

Espacio democrático

Otro que pidió calma fue el presidente de los eurodiputados socialistas, Juan Fernando López Aguilar, quien reclamó que cese el coro de opiniones hasta que el presidente del Gobierno «hable» de su decisión sobre la candidatura. Cuando eso se produzca, agregó en Punto Radio, «hablaremos todos los demás porque el PSOE es un espacio democrático».

Lo que no habrá, aseguró López Aguilar, es «una sucesión orquestada» porque el partido tendrá que elegir al sucesor sin imposiciones desde arriba de nadie. Una forma de decir que está en desacuerdo con una hipotética operación política que por aclamación coloque a Rubalcaba al frente de la candidatura. Una opinión bastante extendida entre las generaciones más jóvenes del PSOE.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, salió a su vez al paso de los comentarios que apuntan a que los barones territoriales socialistas no quieren contar con la presencia de Zapatero en la campaña porque su presencia es perjudicial para sus intereses electorales. «No sé a qué viene este debate» porque el presidente del Gobierno estará al menos en Andalucía «cuantas veces quiera» y siempre que «él lo considere oportuno estará aquí», comentó el presidente andaluz en un acto en Jaén.

El secretario general del PSOE, recordó Griñán , «ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado» y es el mejor activo político del PSOE.

En la ofensiva socialista de cierre de filas con Zapatero, el presidente del Congreso le comparó con Adolfo Suárez y afirmó que sería «una mezquindad» decir que «todos los males de este país tienen un solo culpable», el jefe del Gobierno. José Bono señaló que así se hizo con Suárez en su momento y «ahora todo el mundo sabe que ese comportamiento fue tremendamente injusto».