«Mis vecinos no ha visto mis películas»
El actor texano protagoniza 'En el centro de la tormenta', la última película del cineasta francés Bernard Tavernier
Actualizado: GuardarTommy Lee Jones es uno de esos actores que pasa de Hollywood. Convertido en un vaquero, Jones vive en Texas con su tercera esposa, Dawn, una asistente de cámara a quien conoció rodando una película y con quien se casó en 2001. Esta semana, Jones regresa a la gran pantalla con 'En el centro de la tormenta', la última película de Bertrand Travernier. La cinta se ha convertido en un campo de batalla entre el productor y el director.
Sus desavenencias les llevaron a estrenar la película con dos finales, uno para Estados Unidos y otro para Europa. La película gira alrededor del investigador Dave Robicheaux (Jones), que lleva un tiempo tras la pista de un pederasta asesino. Un día, al regresar de la escena del crimen de un nuevo asesinato del hombre al que persigue, Dave conoce a Elrod Sykes (Peter Sarsgaard), un famoso actor de Hollywood que está rodando en la ciudad. Sykes le cuenta al agente que no hace mucho en el pantano descubrió el cuerpo de un hombre negro putrefacto y atado. A partir de entonces, Robicheaux comenzará a atar cabos.
-¿Cómo ha vivido los problemas entre el director y el productor?
-Yo solo soy actor. Mi trabajo estaba terminado cuando empezaron los problemas. Ese asunto se me escapa de las manos
-Es extraño que haya dos versiones de una misma película: una con un final para Europa y otra para Estados Unidos
-Sí. Es una película doble. El público tiene ahora la oportunidad de elegir cuál prefiere. Dos por el precio de una. Pero no quiero opinar al respecto.
-Supongo que debe ser frustrante ver que el resultado de su trabajo termina en una batalla.
-No es agradable porque la película sufre. Yo he hecho mi trabajo lo mejor posible porque el actor es un mero instrumento en manos del director.
-En esta película se vuelve a meter en la piel de un policía.
-Si, ya me he dado cuenta, pero es que no me queda más remedio que adaptarme a las circunstancias. De todas formas, hago siempre policías diferentes, con sus experiencias y sus problemas. Son esos detalles los que ayudan al actor a crear interpretaciones distintas. No se trata solo de perseguir al criminal sino de mantenerse vigilante. Es un viaje de crecimiento en mitad de una tormenta. Personalmente, considero importante en todos los filmes mostrar algo diferente.
-Ahora es un policía lleno de frustraciones.
-Tuve la suerte de que el personaje naciera de una novela. Esto me permitió representar un personaje a mi gusto, pero con matices. Primero leí el guion y estudié lo que se dice en el papel. Después, hacerme con su lenguaje corporal, su forma de hablar, su trabajo. Una vez que estoy preparado, hablo con el director para que ambos estemos en la misma sintonía y la experiencia no se convierta en una pelea de perros.
-No para de trabajar. Ahora tiene a punto de estrenar 'The company men'.
-Me gusta lo que hago y últimamente me han ofrecido buenas películas. Estamos viviendo tiempos difíciles y hay muchos temas que considerar y llevar a la gran pantalla. Me gusta analizar situaciones, interpretarlas, disfruto con los eventos dramáticos que llevo a la gran pantalla, ya sea como audiencia o como espectador lo importante es crecer y aprender de lo vemos y leemos. En 'The company men' me convierto en Gene McClary, un hombre con dos caras.
-¿Piensa volver a ponerse tras las cámaras?
-Sí. Aunque es difícil dirigir una película y requiere mucho tiempo, la recompensa es enorme. Me costó mucho tomar la decisión de estrenarme como realizador. El proceso de dirigir la película te exige emocional, psicológica y físicamente.
-Usted vive en Texas, un lugar extraño para una estrella de Hollywood ¿Cómo vive? ¿Es el más famoso de su ciudad?
-Si le digo la verdad no creo que ninguno de mis vecinos haya visto una película mía. La ciudad es muy pequeña, remota, no tenemos ni un cine. La agricultura es lo que mueve la economía de la zona y todo el mundo se acuesta y se levanta muy pronto. Para mí, Texas es el mejor lugar del mundo. Allí nací, crecí y vivo. Cuando era pequeño, sentía pena por los niños que habían nacido en California o en Europa y no en Texas (risas).
-Usted se ha involucrado mucho con México y la inmigración ¿no es eso raro viviendo en Texas?
-No. Estamos llenos de prejuicios contra los ciudadanos del otro lado de la frontera cuando ellos estuvieron viviendo aquí durante muchos años antes de que llegáramos nosotros. Nos separa un rio pero la cultura es la misma.