Nikki Sinclaire, la más alta, con su equipo de asesores, en Bruselas.
Sociedad

Traición en el europaraíso

Europarlamentarios que fichan y se van. Les ha grabado una compañera. «Me he quedado mil viernes hasta tarde», se excusa la vasca cazada

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Nikki Sinclaire puede ir olvidándose de los amigos que haya hecho en el Parlamento Europeo. La diputada británica la ha montado buena al aliarse con un tabloide de su país para pillar a traición a sus colegas y denunciar que se aprovechan del sistema de dietas de la Eurocámara. El plan, llevado a cabo a finales de enero, consistió en grabar con cámara oculta a sus compañeros cuando fichaban como en un día normal de trabajo. Minutos después, sin embargo, muchos de ellos volvían a salir en dirección al aeropuerto para ir a sus casas. Sinclair sostiene que solo pasaban por la oficina para registrarse y cobrar así una dieta de 304 euros.

Los eurodiputados captados por la cámara, entre ellos una socialista vasca, no pueden decir que no se esperaran la traición de Sinclair. Representante por la circunscripción inglesa de West Midlands, su página web es todo un elogio a los valores comunitarios. «Reino Unido debería dejar la UE y ser gobernado por nuestro propio parlamento de Westminster», proclama. Con estos antecedentes y la crítica habitual en muchos medios británicos contra los «burócratas» europeos, era solo una cuestión de tiempo que le encontrara las cosquillas a la eurocámara.

Sinclair ha tardado menos de dos años -la actual legislatura europea arrancó en 2009- en urdir una estratagema para denunciar los excesos que a su juicio se cometen en las instituciones comunitarias. Y el tiro, desde luego, no le ha salido desviado. Pese a que los eurodiputados disfrutan de un sueldo más que razonable de 6.200 euros mensuales, la diputada británica concluyó que muchos de ellos abusaban de la llamada «dieta de estancia». Este complemento, pensado para cubrir los gastos en hoteles y comida, permite ingresar 304 euros por cada día que acudan a una reunión oficial.

El problema radica en que el control de esta asignación no está entre los más estrictos del mundo. Los eurodiputados simplemente tienen que fichar cuando acuden a su puesto de trabajo y automáticamente la nómina lo agradece. Sinclair se convenció de que muchos de sus colegas vieron rápidamente la trampa. Especialmente los viernes, acudían al PE, se registraban y sin tiempo para encender el ordenador ya habían vuelto a salir por la puerta.

Bruselas y Estrasburgo

El siguiente paso de la diputada euroescéptica fue ponerse en contacto con el 'News of the World' para denunciar los supuestos abusos. El tabloide optó por utilizar el tradicional método de la cámara oculta que tantos días de gloria ha dado a los rotativos sensacionalistas británicos. El plan no tenía complicaciones. Primero, grabarían a los políticos accediendo a las sedes de Bruselas y Estrasburgo -el PE tiene hemiciclo por duplicado- y minutos después volverían a captarles en el aeropuerto para demostrar que se iban a casa sin trabajar y con la dieta en el bolsillo.

'News of the World' cuenta que los «codiciosos» miembros de la Eurocámara hacían cola a las siete de la mañana antes de la apertura de la sedes. Según sus datos, captaron a 160 parlamentarios en apenas tres horas. 54 de ellos aparecieron con maleta de viaje y al menos 25 salieron de su oficina en cuestión de minutos. Poco después, el tabloide y la improvisada reportera Sinclair identificaron a nueve de ellos en el aeropuerto «listos para volar a casa» y a otros dos, de nacionalidad británica, en la estación del tren de alta velocidad que conecta Bruselas y Londres.

El tabloide hace un especial seguimiento a los dos políticos de su país. De acuerdo a su relato, el 'tory' Robert Sturdy y el laborista Peter Skinner ficharon a las 7.18 horas y las 7.40 respectivamente. A las 8.04 llegaron juntos a la estación bruselense del Eurostar. Poco después, 'News of the world' habló con ellos para pedirles explicaciones. El conservador afirmó que el día anterior había trabajado hasta tarde y el progresista se defendió asegurando que «con frecuencia» trabaja «seis días de una tacada».

Sinclair no tuvo piedad con ellos. «Es una vergüenza. Mucha gente no gana 304 euros a la semana, pero algunos eurodiputados los reclaman por un día de trabajo cuando no están la oficina ni una hora. Los contribuyentes tienen que saber cómo se gasta su dinero», ametralló la eurodiputada independiente. Según consta en su web, la UE toma a diario casi 60 millones de euros de las arcas británicas. «Ese dinero debería gastarse en hospitales, escuelas y para respaldar a los pensionistas de nuestro país», subraya.

La investigación del 'News of the World' no solo captó a los diputados británicos. Entre los parlamentarios grabados aparecen dos polacos, una portuguesa y una española, la representante socialista Eider Gardiazábal. Ayer, esta bilbaína no podía ocultar su «dolor» por la difusión de sus imágenes en la entrada a la sede bruselense de la Eurocámara. Según el tabloide, fichó a la 9.56 y 25 minutos después estaba en el aeropuerto para tomar un vuelo en dirección a la capital vizcaína.

«Iba a seguir trabajando»

Gardiazábal, que lleva en el PE desde 2009, explicó a este periódico que había llegado a su oficina parlamentaria sobre las ocho de la mañana «como todos los días». Sin embargo, se registró mas tarde porque es un trámite y existen varios controles de firmas. Salió poco después hacia el aeropuerto porque ese mismo día tenía que asistir a un acto con Alfredo Pérez Rubalcaba y Patxi López. «No me fui a mi casa. Iba a seguir trabajando», subrayó. A su juicio, las acusaciones de Sinclair son «absurdas» porque los jueves si acaban de trabajar tarde también tienen derecho a la dieta de la jornada siguiente. Los miembros de la Eurocámara, a diferencia de otros cargos comunitarios, carecen de una ayuda para alquiler de vivienda.

Gardiazábal no ha cruzado una palabra con su colega británica, pero se ve como un «chivo expiatorio». «Me están llamando ladrona y de todo», confesó antes de remarcar que siempre ha respetado la normativa parlamentaria. «Me he quedado mil viernes a trabajar hasta tarde. También he venido a Bruselas muchos domingos para ir a trabajar el lunes sin recibir la dieta. El sistema es así», agregó. La socialista bilbaína trabaja en dos de las comisiones más complejas -Presupuestos y Perspectivas Financieras- y muchos de sus colegas reconocían ayer su profunda dedicación.