La autopsia revela que el joven estadounidense perdió la vida accidentalmente

La autopsia de Austin Taylor Bice, de 22 años, el joven californiano cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado martes en el fondo del río Manzanares a su paso por Madrid, reveló que su muerte fue accidental, ya que no se han apreciado signos de violencia, según fuentes próximas a la investigación.

Esa es la principal conclusión que han sacado los médicos del Instituto Anatómico Forense tras analizar el cadáver del estudiante. A partir de ahora tendrán que realizarse más pruebas para determinar si falleció por ahogamiento y si había tomado algún tipo de sustancia estupefaciente. De esta manera, en los próximos días se tomarán unas muestras del cadáver que serán enviadas a los especialistas en Toxicología.

Por todo ello, y a la espera de estas pruebas, el cuerpo permanecerá en el Instituto Anatómico Forense, no podrá ser incinerado y no será entregado por el momento a su familia. Los resultados preliminares de la autopsia serán entregados al Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, que lleva el caso, y a la familia. De entre los allegados, el primo de Austin, Juan Gabriel Paredes, fue el encargado de reconocer el cadáver. La familia prepara la repatriación del cuerpo a su ciudad natal cuando se autorice la entrega.

Austin Taylor Bice fue visto por última vez con vida el 25 de febrero, tras despedirse de unos amigos en la puerta de la discoteca 'La Ribiera', en el paseo Virgen del Puerto de Madrid, situada a la orilla del río.

Los agentes del Grupo V de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial que drenaban el Manzanares encontraron el martes el cadáver en las inmediaciones del lugar en el que fue visto por última vez. Natural de San Diego, el joven estudiaba Economía y Dirección de Empresas en la Universidad Carlos III de Madrid.