Messi celebra con sus compañeros uno de los goles en la noche de ayer. :: REUTERS
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El Barça sale reforzado en Europa

Iniesta y Messi lideraron el triunfo culé, merecido pero muy costoso ante un equipo británico que defendió bien hasta que perdió a Van Persie El equipo azulgrana sufrió para superar a un Arsenal que jugó con 10 durante más de media hora

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El Barça no podía faltar en los cuartos de final de la Copa de Europa. Tras su vibrante eliminatoria ante el Arsenal, el equipo que mejor fútbol destila en el mundo sale aún más reforzado en la Liga de Campeones, la competición que Pep Guardiola prometió a su afición y en la que los azulgrana mantienen su condición de máximos favoritos. El Barcelona sentenció al Arsenal en solo dos minutos, pero sufrió para eliminar a un equipo que jugó con 10 durante más de media hora y, lógicamente, no pudo sobrevivir ante la apisonadora. La expulsión de Van Persie benefició al Barcelona y resultó determinante poco después del gol en propia puerta de Busquets, un mazazo, aunque efímero, para un equipo capaz de sobreponerse a cualquier adversidad y que ante el Arsenal dio una nueva muestra de fútbol-espectáculo e inconformismo, aunque se arriesgase a la eliminación. De momento, vive y manda con una idea a la que nunca renuncia.

El Barcelona es muy grande, aunque tener en un mismo equipo a Iniesta y Messi soluciona cualquier problema. Con el partido tenso, el Arsenal encerrado en su parcela, llevando el partido al terreno de los nervios y el Barça cayendo en la trampa de la ansiedad, un robo de balón de Iniesta a Cesc al borde del área y su gran asistencia a Messi posibilitó que el argentino se inventara otra genialidad. Es increíble su capacidad para crear cosas nuevas en los peores momentos. Controló, le hizo un sombrero extraordinario a Almunia y marcó a portería vacía. ¡Y todo en el tiempo de descuento de la primera parte! El Barça vio la luz.

A la hora de la verdad, en el partido real, no importó que Wenger alineara a tantos jugadores de corte ofensivo porque su sistema fue el más conservador que se le recuerda a los 'gunners' en los últimos tiempos. Replegó a todo el equipo en apenas quince metros de campo, cerrando todos los espacios por dentro y obligando a los pasadores del Barça a hacer un ejercicio de extrema precisión que no siempre salió bien. En ese sentido, sí funcionó la salvaje presión azulgrana para robar una y otra vez el balón sin que el Arsenal pudiera montar ninguna contra.

Van Persie, a la calle

Algunas ocasiones no muy claras de Pedro, Villa y de Messi fueron poco bagaje en el primer tiempo para un Barça muy paciente, primero ante Szczesny, que se retiró lesionado en el minuto 15 y tuvo que dejar su puesto a Almunia. Bussaca no ayudó al no señalar un claro penalti de Diaby a Messi, pero el Barça no descansó hasta el gol.

Los azulgrana podían afrontar así con mayor tranquilidad la reanudación, pero con lo que nadie podía contar es que a la salida de un córner Busquets conectase un perfecto cabezazo en su propia portería. Afortunadamente para el Barcelona, Van Persie, que estuvo de los nervios todo el partido, chutó tras un fuera de juego cuando el árbitro había pitado y se ganó la segunda amarilla, aunque el holandés esgrimió que no había escuchado por el griterío del Camp Nou.

La suerte que le había abandonado en ese saque de esquina volvió a aliarse con el Barcelona, que a partir de ese momento, contra 10 durante 35 minutos, tiempo más que suficiente, se lanzó a tumba abierta a por el Arsenal, tocando con paciencia, llegando y disfrutando de oportunidades abortadas por Almunia. En solo un par de minutos el billete a cuartos quedó sellado. Gracias a una espléndida jugada creada por Iniesta, con toque de genio de Villa a Xavi y resolución del catalán, y en una de sus internadas, un penalti provocado por Pedro que no podía fallar el mejor del mundo. A partir de ahí, con el Arsenal hundido y el Barça sin conformarse, pudieron caer varios goles más, si hubiera habido puntería. La que le faltó a todo el equipo en una recta final en la que se pudo ir todo al garete tras un error de Afellay que tuvo que enmendar Mascherano.