ESPAÑA

Blanco tilda de «cobarde» al líder del PP por permitir que Camps se presente

El número dos del PSOE pone las pilas a los suyos y avisa: «No hay batalla más perdida que la que no se da»

MADRID. Actualizado: Guardar
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No le dará votos en la Comunidad Valenciana, donde el PSOE mantiene unas bajísimas expectativas de voto, pero al menos José Blanco puede utilizarlo para atizar a Mariano Rajoy. El vicesecretario general de los socialistas tachó ayer de «cobarde» al líder de la oposición por dejar que el valenciano Francisco Camps concurra a las elecciones de mayo pese a estar imputado por cohecho.

Blanco -que participó con el secretario general del PSM, Tomás Gómez, en un acto de presentación de candidaturas locales-, ironizó con el acto celebrado el sábado por los populares en Palma de Mallorca en el que los aspirantes autonómicos firmaron un manifiesto contra la corrupción y a favor del respeto al Estado de derecho. «Se me vino a la cabeza cómo Rajoy se pasó la campaña pasada recorriendo España y poniendo como modelo a seguir el Gobierno de Baleares presidido por Jaume Matas», dijo. La referencia al político balear, hoy en libertad bajo fianza de 3 millones de euros por el caso Palma Arena y penalizado además con 1,6 millones de euros por los perjuicios económicos que pudo causar la contratación a dedo del arquitecto Santiago Calatrava para construir un Palacio de la Ópera en Palma, era solo el aperitivo. «Ya sé a qué va hacer ahora, va a recorrer España para que los suyos suscriban el manifiesto ético que suscribió Camps y que pronto firmarán en Majadahonda, Boadilla, Pozuelo y Arganda (los cuatro municipios madrileños afectados por la trama 'Gürtel')», añadió.

Es raro que en el PSOE saquen a relucir de esta manera los casos de corrupción porque aseguran que son más desincentivadores para su electorado que para el de derechas. Pero la posibilidad de vincular de una manera tan clara, con nombres y apellidos, episodios oscuros y PP pudo con los resquemores de Blanco. «Hay que ver cómo es este Mariano Rajoy -se burló-, tan valiente para decir no a lo que le conviene a España y sin embargo cobarde para dar el sí a Camps».

Luego, sabedor del desánimo que cunde en sus filas, llamó a dar «hasta el último aliento para ganar la batalla del 22 de mayo» . «No hay batalla más perdida -avisó- que la batalla que no se da».