PAN Y CIRCO

SOBREDOSIS

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Durante esta semana hemos acudido de nuevo a una sobredosis de fútbol que viene a confirmar que en tiempos de crisis, incultura y soledad es la mejor arma para combatir tantos males ajenos y propios que nos han convertido en pleno siglo XXI en seres cada vez más irracionales.

Pensándolo bien esto ya no es fútbol, más bien se trata de un negocio con unos beneficios de miles de millones de euros y por el que los grupos de comunicación pugnan por la mejor tajada para que al final del ejercicio cuadren los balances antes de subirle el sueldo a sus directivos y reducir un poco más la plantilla de mileurista. Y es curioso que las cadenas de pago pongan toda la carne en el asador en un periodo de recesión que también está haciendo mucha pupa entre bastantes clubes. No hace falta salir de Cortadura para observar un claro ejemplo de cuanto les digo. Empresario cordobés que ávido de fama y dinero realiza una inversión para hacerse con el paquete mayoritario de una sociedad anónima deportiva. Transcurren los años y los éxitos dan paso a una negra etapa en lo deportivo y, fundamentalmente, en lo económico. Ahora, resulta que el Cádiz CF está en quiebra y que durante el último lustro se han cometido tales desmanes que lo han llevado al borde de la desaparición. Lo más triste del asunto -y aquí podemos hablar de una sobredosis de falta de ética y profesionalidad- es que se echan balones fuera porque la culpa es de todos menos, precisamente, de los verdaderos saboteadores. Preside el club un buen señor que le está haciendo el juego al máximo culpable, dirige el equipo un técnico al que el mandatario en la sombra no puede ver ni en pintura y los jugadores están más pendientes de sus ingresos en cuenta que de coger el toro de esta categoría por los cuernos y salir de aquí cuanto antes. Si esto es fútbol en Cádiz, que tiren ya el estadio y levanten un parking.