MILENIO

VOLVERÁN A BUSCARNOS

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Hubo un tiempo político en este país, recién llegada la democracia, en que ante la escasez de personas avezadas en las complejidades políticas y sus numerosas terminales, las organizaciones que surgían del cascarón de la clandestinidad tuvieron que emplearse a fondo para "fichar" a personas independientes y con los mimbres culturales mínimamente suficientes para entrar en las listas de aquellos "circos romanos" que eran, y siguen siendo, las campañas electorales de la época por todos los rincones andaluces y, por extensión, a lo largo y ancho de todo el Estado. Pero vuelve el pasado. De momento, son los socialistas los más nostálgicos de aquellos tiempos si consideramos los 'fichajes' de la marca socialista de criaturas más o menos avezadas y espabiladas para completar sus candidaturas ante las elecciones locales de la inminente primavera, aunque quizás, también, con unas miras más lejanas contemplando la comparecencia ante las urnas de las generales del próximo año.

Estamos, pues, ante una especie de 'revival' como se desprende, tras un somero análisis de las listas socialistas para las próximas municipales. Y como en otros tiempos, los profesionales más apetecidos por los partidos son los abogados y los periodistas, salvo excepciones, y, además, para ocupar los primeros puestos. Una tendencia, probablemente, auspiciada por los criterios de las distintas gerontocracias políticas. Aunque nada fue comparable con los años del 'cambio', o de la transición. Los niños dejaron de soñar con ser artistas y, sobre todas las cosas, aspiraban a mandar en la vida pública. Pero estos tiempos no son, al respecto, para glorificarlos tras contemplar la realidad. Hay bastante menos entusiasmo político y abundante escepticismo ante la cosa pública. A lo largo de las tres décadas desde la Transición, la sociedad es más escéptica y aquel entusiasmo de los años setenta y siguientes se fue evaporando, exceptuado el paréntesis de la intentona golpista de uniformados instalados en la irrealidad. Pero ya confirmaremos probablemente que vuelven a buscar periodistas, juristas, deportistas de élite, contadores de chistes y jugadores de póquer. Un una frase: las ideologías y sus tipos más de piñón fijo, por no decir los más sectarios. Sencillamente, la política siempre es un círculo cerrado. O lo toman o lo dejan.