ENTRE «COLEGAS»
Actualizado: GuardarLos resultados son abrumadores y la evidencia insoslayable. Salvo pruebas irrefutables en contra, lo mejor que suelen y saben hacer los representantes políticos es atacar y denigrar al adversario, entendiendo a éste como militante de un partido rival. Entre 'colegas' del mismo partido también suelen propinarse picotazos pero de forma más sutil y versallesca.
Viene la reflexión a cuento con motivo de la efemérides andaluza del 28-F que, como es sabido, se desarrolla en dos actos muy cuidados: el institucional, a partir de un pleno extraordinario en la Cámara al que asisten todos los grupos parlamentarios y el que podríamos llamar el social que se celebra en el mayor teatro de la ciudad, con reconocimiento de honores e imposición de condecoraciones. A este segundo evento la oposición del PP no suele acudir. Se supone que para marcar distancias. Así son de infantiles los movimientos y actitudes, en este caso, de los conservadores en la oposición. Podía ser, perfectamente, lo contrario.
Al finalizar el acto institucional del pasado lunes (28F), el 'objetor' al fasto social y de entrega de condecoraciones, el presidente del PP, Javier Arenas, preguntó públicamente por qué razón el ya ex delegado provincial de empleo de Sevilla, Antonio Rivas, se mantuvo en el cargo durante semanas, mientras curiosamente el locuaz prócer del PP andaluz no hacía mención alguna a la triste e incómoda posición del presidente valenciano, Francisco Camps, el prócer imputado por cohecho en el 'affaire' de los trajes presuntamente regalados salvo pruebas en contra.
Si lo del líder (regional) Arenas no pecó de imprudente con su recordatorio y omisión relatados, que una autoridad divina nos saque de la perplejidad que nos domina. Así es, en realidad, el letrado Arenas, impulsivo y racial. Tal vez, por estos mismos flecos y reacciones, la gerontocracia política del país no goza de mayor apoyo y confianza por parte de la ciudadanía. Ahora, bien. Para terminar: tampoco conviene subrayar excesivamente estas efemérides patrias en unos tiempos que invitan a la reflexión colectiva y a la modestia espartana. Por lo demás, hasta el año que viene si Dios quiere y a ser posible sin sastres interesadamente dadivosos y sin ERE que les den gloria bendita a los familiares y amigos.