'El discurso del rey' se corona en una soporífera gala de los Oscar
Actualizado: GuardarLos Oscar llamados a atraer a la audiencia joven, esa que ha dejado de ir a las salas, resultaron los más conservadores de los últimos tiempos. El primer clip de la noche fue para 'Lo que el viento se llevó'. Y los mayores aplausos se los llevaron un resucitado Bob Hope y Kirk Douglas, que, a sus 94 años, todavía arrastra a las chicas por la cintura. Pincharon los lozanos y sosísimos presentadores, Anne Hathaway y James Franco, y se impuso con aburrida previsibilidad el filme menos arriesgado del lote. El tipo de fábula amable que Hollywood siempre ha adorado y que remite a las odas a la superación personal de Frank Capra y John Ford.
'El discurso del rey' resulta una película rancia para la era Obama. Si el año pasado Kathryn Bigelow dedicó el triunfo de 'En tierra hostil' «a los hombres y mujeres militares que arriesgan cada día su vida en Irak y Afganistán», el director Tom Hooper resumió la lección de la cinta vencedora de la noche: «Hazle caso a tu madre». Ella le recomendó la obra de teatro basada en la re lación entre el rey Jorge VI y un excéntrico logopeda australiano, gracias al cual venció su tartamudez.
Un aristócrata que en la Inglaterra de los años 30 se sacrifica por el bien común, accede a humanizarse con un plebeyo y asume el pesado manto del liderazgo. ¿Cabe una historia más conservadora? 'El discurso del rey' no arrasó, aunque hizo pleno en los cuatro Oscar más importantes: película, director, guión original y actor protagonista. En España, el filme aguanta diez semanas en las salas con más de un millón de espectadores. La prueba de que el público adulto responde cuando encuentra inteligencia en la cartelera.
Si Jorge VI se ve obligado a cambiar para enfrentarse a un nuevo medio de comunicación, la radio, los protagonistas de 'La red social' diseñan las formas de relación social del siglo XXI. Fue la gran perdedora de la noche. La industria del cine todavía ve a internet como una amenaza, pese a los guiños que incluyó el guión de la ceremonia. Quizá no estaba preparada para aupar el peliculón de David Fincher, que desgrana la génesis de Facebook y captura el espíritu de una época.
Claro que el retrato de los implacables amos de internet resulta bastante más intranquilizador que la fábula del amable monarca. Por eso 'La red social' se contentó con las tres estatuillas a mejor guión adaptado, música y montaje. El guionista Aaron Sorkin salvó la cara a Mark Zuckerberg, creador de la red social: «A ninguno nos gustaría que hicieran una película de cómo éramos con 19 años». Pese a su sarcástico dibujo de la elitista fauna de Harvard, la cinta puede verse como una celebración de la ambición empresarial.
Para encontrar alguna crítica a los excesos del capitalismo en plena crisis global hay que acudir al oscarizado documental 'Inside Job', de Charles Ferguson, que identifica las causas de la mayor debacle financiera desde los años de la Depresión. La cinta le costó el puesto al asesor de Obama, Larry Summers, un guardián ortodoxo de las reglas del libre mercado que -casualidad- también fue amamantado en Harvard. «Ningún ejecutivo financiero ha ido a la cárcel, y eso es un error», denunció Ferguson con el Oscar en la mano.
España aguantaba el sopor para comprobar que Javier Bardem tenía razón cuando, un día antes, auguraba que ganar a Colin Firth «sería un milagro». Disfrazado de camarero de banquete, entregó un par de premios junto a Josh Brolin, después de pasearse por la alfombra roja del brazo de una desbordante Penélope Cruz. El carisma de Bardem tampoco sirvió para que 'Biutiful' venciera en el apartado de mejor película de lengua no inglesa. La danesa 'En un mundo mejor' puede sumar el Oscar al Oso de Oro, el César y el Goya.
Los pronósticos también se cumplieron con la mejor actriz. Una embarazadísima Natalie Portman se emocionó bastante menos que al recoger el Globo de Oro y recordó al padre de su hijo, el coreógrafo francés Benjamin Millepied. Fue la única recompensa para la turbadora cinta de Darren Aronofsky, un granguiñolesco descenso a los infiernos de una bailarina esquizofrénica, más cerca de 'Carrie' y 'Showgirls' que de 'Las zapatillas rojas'. A sus 29 años, Portman deja ya definitivamente de ser una lolita.
Si nadie se acordaba ya de 'Origen' por la lejana fecha de su estreno, sus cuatro Oscar en categorías técnicas recordaron las fascinantes imágenes que muestran realidades soñadas donde las leyes físicas no existen. En cuanto a la ley no escrita de no soltar tacos en el escenario del teatro Kodak, Melissa Leo se encargó de dinamitarla con un sonoro '¡fuck!' (joder). La mejor actriz de reparto aparece en la misma película que el actor secundario del año, Christian Bale, que sustituyó la delgadez yonqui de 'The Fighter' por una barba de trampero.
Detrás de las imágenes de este drama familiar con fondo pugilísitico, que arranca como 'Toro salvaje' y concluye como 'Rocky', se encuentra el verdadero triunfador de la noche, el productor de 'El discurso del rey', Harvey Weinstein. Lástima que a su regreso no se sumara el de Billy Crystal, que en su breve aparición puso en pie el patio de butacas. Nunca se le echó tanto de menos. Danny Boyle, director de '127 horas', cuenta que al conocer a James Franco creyó que estaba fumado. Y esa impresión -sedado por los porros- provocó el presentador, a remolque de la ñoña Anne Hathaway. La gala perdió en EE UU un 7% de audiencia.
El crítico más influyente de Estados Unidos, Roger Ebert, sancionaba en su cuenta de Twitter: «Los peores Oscar de la historia». Lo más sangrante no fue la falta de química de los anfitriones -«como si juntáramos a James Dean con Debbie Reynolds», lamenta 'The New York Times'. Ni que la magna 'Valor de ley' de los Coen se fuera de vacío con diez candidaturas. Ni la estupidez de subir al escenario a los homenajeados Francis Ford Coppola y Eli Wallach para no dejarles hablar. Lo que clamó al cielo fue la ausencia de un nombre fundamental del cine europeo, Luis García Berlanga, en el repaso a los fallecidos del año.