El petróleo y los alimentos disparan la inflación al 3,6% interanual en febrero
La tasa vuelve al nivel de octubre de 2008, anterior a la entrada de la economía española en recesión
MADRID. Actualizado: GuardarNo por temido, el sobresalto ha sido menor. La inflación trepó en febrero en España hasta el 3,6%, tres décimas más que en enero y la tasa más elevada desde octubre de 2008. La paradoja reside en que, en aquellos momentos, los precios de consumo estaban reflejando las secuelas de la factura del crudo a 147 dólares el barril -su máximo histórico, alcanzado en el verano de aquel año- y en España todavía no se habían manifestado las muy negativas consecuencias de la crisis financiera sobre la economía real. El actual escenario es bastante peor, con el petróleo en pleno repunte por las incertidumbres de las revueltas en el mundo árabe, y una actividad que no acaba de recuperar el pulso.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, descarta que el rebrote del precio del crudo vaya a asfixiar los brotes verdes de la recuperación económica. En plena ronda por los Emiratos Árabes, el jefe del Ejecutivo expresó su convicción de que las presiones inflacionistas se van a reducir, de manera que a partir del próximo mes la trayectoria de los precios «sea más favorable». Admitió que el dato ahora conocido «no ayuda» a la expansión de la economía, pero insistió en que el relanzamiento de la actividad «ya está en marcha». Para potenciarlo, defendió «decisiones que puedan reducir el impacto de la presión del precio del petróleo sobre la inflación», además de las ya anunciadas de ahorro energético como la reducción de la velocidad de circulación en las autovías.
A las repercusiones de la nueva escalada del petróleo -que marcó una media de 104,3 dólares en febrero, frente a los 74,8 de su cotización en el mismo mes de 2010-- se suma el encarecimiento de otras materias primas y todo repercute en los precios que están pagando los consumidores por la cesta básica de gasto de sus hogares. El Instituto Nacional de Estadística atribuye el incremento de febrero a la evolución de los precios de carburantes y lubricantes y de los alimentos y las bebidas no alcohólicas. El detalle se conocerá el 11 de marzo.
El impacto directo de la subida del crudo sobre el saldo exterior de la economía española se intenta reducir con medidas de ahorro energético como las que se propone aprobar el Gobierno el próximo viernes, pero hay otros factores más difíciles de controlar. El incremento de la inflación de la zona euro puede conducir al Banco Central Europeo a una subida de tipos de interés antes de lo previsto. La autoridad monetaria tiene el 2% de inflación como objetivo de estabilidad de precios, y la zona euro lleva ya dos meses por encima de ese listón. En enero, la tasa trepó al 2,3%, una décima más que en el mes precedente. En el conjunto de la UE, la inflación se mantuvo en el 2,7% en el arranque del año.
No es previsible que la autoridad monetaria europea introduzca cambios en su política monetaria en el reunión del próximo jueves, pero los expertos ya apuntan que no podrá esperar hasta finales de 2011 para subir el precio oficial del dinero desde el 1% que aplica actualmente. Si despega la cantidad de dinero líquido que se mueve en la zona de la moneda única, este dato, unido a la preocupación por las tensiones de precios derivadas del alza del crudo, podría llevar a una subida del tipo de interés de referencia después del verano.
Repercusión
Los expertos también consideran difícil evitar los efectos de 'segunda ronda' del encarecimiento del crudo, los más temidos por las autoridades económicas. Las empresas que pagan más en su factura energética y que también sufren el encarecimiento del transporte, acaban por repercutir estos costes adicionales en los precios finales.
También se activan los mecanismos automáticos que vinculan la evolución de los salarios a la de los precios. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha recordado, durante su participación en una asamblea de delegados en A Coruña, que la escalada de la inflación hasta el 3,6% pone de manifiesto «hasta qué punto es acertado mantener un modelo de determinación de salarios vinculado a la previsión de inflación, con cláusula de revisión salarial y reparto de la productividad». Méndez insistió en que, en países como España, donde las alzas de precios son endémicas, en paralelo a la lucha contra la inflación hay que mantener las cláusulas de revisión «para que los trabajadores no paguen los errores que cometen otros».