Ciudadanos

Chiclana vuelve a derrotar a los franceses

Más de doscientos figurantes recorrieron en desfile las calles del centro urbano en el acto más espectacular del Bicentenario de 1811Éxito de público en la recreación de la Batalla de La Barrosa

CHICLANA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Murieron cientos de soldados, sin que la mayoría supiera ni siquiera donde combatía.

Varios ejércitos, de prácticamente todas las nacionalidades europeas, disparaban al unísono a pocas millas náuticas de la Torre del Puerco, en la playa de La Barrosa.

La munición de los cañones y mosquetones no dejaba hueco al pueblo para comida. Y la hambruna y la miseria se extendió rápidamente durante la ocupación francesa por la población chiclanera y los alrededores.

Corría el año 1811, en sus primeros días de marzo, y la historia de la entonces villa de Chiclana estaba a punto de vivir uno de sus días grandes.

La Batalla de Chiclana, o Batalla de La Barrosa como se la conoce por parte de los historiadores, está registrada en los libros de historia como uno de los episodios más cruentos de cuantos se libraron en aquellos días para frenar la invasión napoleónica.

Para conmemorar su doscientos aniversario, ayer en la localidad no hicieron falta gritos, ni consignas bélicas, ni complejas armas de oposición al invasor. Las principales calles del centro urbano se llenaron, eso sí, durante todo el día, de trajes de época, de bandoleros cuasi reales, de trabucos, fajas y banderolas, de melladas, banderas, himnos y mosquetones.

El cómo de aquel episodio histórico que Chiclana conmemora en febrero y marzo está un poco más claro para todos. Por la mañana de un sábado espléndido desde el punto de vista meteorológico, la Gran Plaza sobre el Río estuvo a rebosar de público.

El estruendo final de los disparos iniciaba el desfile en el que participaron más de 200 figurantes, todos ellos miembros de las Asociaciones Napoleónicas de Jaén, Málaga, La Albuera o la Guardia Salinera de San Fernando, que dejaron atónitos a los ciudadanos.

Al ritmo de los tamborileros llegaron pasadas las once y media de la mañana a la explanada de la Plaza de España los efectivos del desfile. Tras formar convenientemente uniformados con los ropajes de la época y detalles reales de cómo vestían los soldados y ejércitos inglés, francés o español del siglo XIX, el protocolo mandaba.

El alcalde de Chiclana, José María Román, pasó revista a las tropas, y seguidamente, colocó un pequeña escarapela con la bandera española a las enseñas del resto de países participantes. A continuación dio comienzo el desfile por las calles de la localidad. Los chiclaneros se mostraron muy curiosos con la iniciativa, que tuvo continuidad ya por tarde, en la recreación de la batalla propiamente dicha.

Ésta se desarrolló en la zona ajardinada anexa al puente del VII Centenario y el recinto ferial; convenientemente acotado, allí se conjugó el rigor histórico y los efectos audiovisuales en uno de los actos centrales de la efemérides.

La intensa humareda procedente de los disparos continuados del armamento de los diferentes soldados causó una gran impresión. También el ruido, que provocó más de un llanto de los niños presentes.

Las caras de asombro, curiosidad y satisfacción se mezclaban a partes iguales. A su finalización, las autoridades se mostraron satisfechas por la expectación levantada en un sábado de batalla, y el público quedó ávido de más. Ayer Chiclana volvió a derrotar a los franceses. O al menos eso dirá siempre la historia.