Salud cierra el club de fumadores de Arcos porque no se ajusta a la ley

Ha durado poco, al menos de momento, la posibilidad de seguir fumando junto a su bar de siempre. Una treintena de socios del club de fumadores de Arcos, el primero que se abre en la provincia, ya no podrán ir a echar ni una calada hasta que el local regularice su situación. Los inspectores de Salud Pública visitaron la instalación el pasado miércoles y le hicieron ver a la propietaria del local, Carmen Moreno, que también es la dueña del bar anexo, cuáles son los requisitos para que se le pueda dar el fin pretendido a la instalación.

La primera condición que establecieron los funcionarios es que el local tiene que contar con licencia de apertura expedida por el ayuntamiento, algo que todavía no tiene aunque la hayan solicitado, apuntan los propietarios. Además, también que tendrán que llevar a cabo una pequeña reforma para eliminar un par de puertas que conectan el local con el bar.

La Delegación provincial de Salud recuerda que «hay que separar los dos locales para que el humo del club no afecte a clientes y trabajadores del bar colindante». La propiedad llevará a cabo esa obra porque entienden que la creación del club es una de las únicas formas de seguir adelante tras la puesta en marcha de la ley antitabaco porque «nada más entrar en vigor comenzamos a notar sus efectos, con la pérdida de clientes», destacó Carmen Moreno.

Los inspectores trasladaron estas condiciones a la propietaria que, según ellos, se mostró muy colaboradora y con intención de cumplir, a rajatabla, con la legalidad, apuntando que los incumplimientos actuales se estaban dando por falta de información. Asimismo le recordaron otras condiciones que, desde el club de fumadores aseguran que ya están cumpliendo, como el hecho de que no se puede vender nada en el club o tener ánimo de lucro, no pueden existir empleados, los socios deben figurar en un registro y no pueden acceder ni mujeres embarazadas ni niños.

Legalidad

La idea que mantienen desde el Bar Carmen es la de crear un club que cumpla con todos los requisitos que marque la ley, no plantean una batalla como la que iniciaron otros hosteleros como el propietario del asador Guadalmina de Marbella (Málaga), aunque tratarán de seguir ofreciendo la posibilidad a sus clientes de que tengan un local donde ellos mismos puedan llevarse las bebidas y alimentos que compren en el bar y puedan seguir fumando.