LA MIERDA DE UNOS POCOS

Debe ser que como estamos en Carnaval y la gracia y la inspiración hay que dejarla para escribir de la fiesta grande de Cádiz, hoy voy a dar un toque sobre un tema que a algunos les parecerá demagogia barata, pero que a un servidor, por mucho tiempo que pase, nunca dejará de sorprenderle y repudiarle.

El sábado tuve la suerte-desgracia de asistir al encuentro que disputó el Cádiz en la ciudad deportiva Luis del Sol. Digo la suerte, porque dentro del campo me lo pasé fenomenal y la desgracia, porque la trifulca de fuera, la enésima que se produce en un enfrentamiento de estos que ahora llaman fratricida, ensombreció, en cierta medida, la cálida acogida en el recinto y la posterior victoria amarilla. Pero digo en cierta medida, no vayan a creerse estos salvajes que se van a convertir en protagonistas siempre por su deleznable actitud.

Una vez más, no entro a valorar quien lanzó la primera piedra, más bien la primera silla, ya que a un pobre señor le reventaron su negocio en la contigua avenida de Alemania. Pero, con independencia de que se peguen entre ellos y que haya heridos y detenidos, lo que más me repudia de estos personajes es verlos portando una bufanda. ¿A quién se creen que representan? Sea a través de internet, o de forma espontánea, que se peleen con quien les dé la gana. Eso sí, que no utilicen el fútbol como excusa barata para dar rienda suelta a un instinto tan deleznable. Incluso me ha parecido una soberana tontería que desde el Cádiz se hayan molestado porque nadie del Betis se había disculpado por lo sucedido. Me pregunto yo: ¿por qué tienen que pedir disculpas los directivos verdiblancos?, ¿sabemos a ciencia cierta si esas acémilas que agredieron a los 'hinchas' cadistas son béticos de los de verdad, de los de carné, de los que están pasando fatiguitas con Lopera, Oliver o Gordillo? Tampoco pondría la mano en el fuego por si los cadistas que fueron representan a este escudo y a esta afición. Sea como sea, me gustaría que este artículo no fuera hoy en la sección de deportes, porque esta gentuza no tiene nada que ver con una pasión tan grande y tan bonita.