Un libio protesta entre varios vehículos incendiados en el exterior de un edificio oficial de Tobruk, en el noreste del país. :: REUTERS
MUNDO

La rebelión cerca a Gadafi en Trípoli

El líder libio contraataca con sus milicias para intentar mantener el control del oeste del país

RABAT. Actualizado: Guardar
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La situación en Libia cada vez se asemeja más a la de una guerra civil. Muamar Gadafi comienza a perder el control de la zona occidental del país, mientras que los opositores pelean pueblo por pueblo con el objetivo final de tomar la capital donde el dictador se encuentra atrincherado y donde está reagrupando a sus tropas. El 'guía de la revolución' volvió a dirigirse ayer a los libios en su habitual tono delirante, en un discurso en el que amenazó con cerrar el grifo del petróleo si no cesaba la rebelión. Además, acusó a una persona de estar detrás de las revueltas: ni más ni menos que a Osama Bin Laden.

Los combates más sangrientos se están viviendo en las ciudades que rodean la capital. Ayer, fuerzas leales a Gadafi atacaron Zawiyah, a unos 50 kilómetros al oeste de Trípoli, y que durante algunas horas había permanecido en manos de los rebeldes. El asalto habría provocado, según testigos, más de 100 muertos y 400 heridos. «Hemos visto al menos 34 vehículos militares que disparaban indiscriminadamente contra la gente», dijo un hombre identificado como Alí al canal de televisión Al-Yasira. El ataque podría haberse prolongado durante más de cinco horas. Otro testigo aseguró a Al-Arabiya que las tropas y mercenarios de Gadafi habían atacado «hasta las mezquitas», donde podrían haberse concentrado muchos manifestantes. Otras fuentes, citadas por AP, reducían a 10 los muertos en Zawiyah y a 150 los heridos, pero todos los testigos coincidían en que miles de personas enfurecidas salieron a las calles de la ciudad en cuanto se replegaron las fuerzas prorrégimen para gritar 'erhal' (vete), el eco que resonó durante semanas en la egipcia plaza Tahrir.

En su disparatada intervención telefónica de ayer, que fue retransmitida por la televisión libia, Gadafi se dirigió especialmente a la población de Zawiyah para pedir a «padres, madres y familiares» que controlen a sus jóvenes y se rebelen contra «aquellos que les han dado pastillas alucinógenas a vuestros hijos y los han mandado a la muerte». Detrás de la revuelta, según el coronel, se encuentran Bin Laden, y su grupo terrorista Al-Qaida, que ayer habrían sido los responsables de matar a cuatro agentes de Gadafi. Las familias de estos milicianos han sido las únicas -de los centenares de muertos que hay ya en el país desde que se iniciaron las revueltas- en recibir las condolencias del 'guía de la revolución'.

Zawiyah es una localidad importante para Gadafi ya que alberga la segunda mayor refinería del país, especialmente ahora que, según algunas informaciones, podría haber perdido el control de los puertos de Ras Lanuf y Marsa el Brega, al oeste de Bengasi, de donde sale la mayor parte del petróleo del país. Ayer, el coronel, cuyo discurso puede ser delirante, pero que también sabe incidir en los puntos más sensibles para Occidente, amenazó de forma sutil con cerrar el grifo del petróleo si los rebeldes no cesan. «Si los ciudadanos no van a trabajar se cortará el suministro», dijo.

Mercenarios extranjeros

Las tropas leales a Gadafi también combatieron ayer a los rebeldes en Mesrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli. Según dijo un testigo a Reuters, las milicias de Gadafi habrían lanzado un ataque para recuperar el control de la ciudad, que había sido arrebatado por los opositores. Varias personas habrían muerto en este asalto. «Mesrata está completamente bajo control del pueblo, pero estamos preocupados porque nos encontramos entre Sidra y Trípoli, los dos fortines de Gadafi», dijo ayer un médico por teléfono a la agencia AP.

Las informaciones que llegan de Libia siguen siendo difíciles de confirmar, ya que la prensa independiente y extranjera sólo ha conseguido entrar en la parte más oriental del país. Pero, por lo que se puede adivinar de los testimonios que consiguen salir del territorio, las tropas rebeldes estarían formadas por ciudadanos de a pie que se han levantado en armas y soldados y policías que, como muchos diplomáticos y algunos ministros, han abandonado a Gadafi y se han unido a los opositores.

Es difícil saber también qué parte del Ejército permanece fiel al régimen, pero parece claro que las tropas de Gadafi están compuestas por mercenarios extranjeros, miembros de las brigadas de seguridad (una especie de fuerza paramilitar muy leal al 'guía de la revolución') y algunos militares.

Estas milicias son las que patrullan día y noche las calles de la capital, donde se atrinchera Gadafi, cada vez más acosado por la rebelión. Un testigo citado por 'The New York Times' describía las imágenes que se vivían en la capital como parecidas a las de la anarquía en Somalia, donde grupos de hombres armados vestidos con diferentes uniformes disparaban a diestro y siniestro contra civiles. Una imagen muy diferente a la que ayer pintó Seif al-Islam, uno de los hijos de Gadafi, en una entrevista con una televisión libia, en la que dijo que en Trípoli la situación era «normal», y que tanto el puerto como el aeropuerto funcionaban sin problemas. Otro de sus hijos, Saadi, exfutbolista, aseguró al diario 'Financial Times' que más de la mitad de la población estaba acudiendo a trabajar sin problemas.