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AL CAPONE FUE UN SANTO

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Gadafi no tiene medida. Tal vez por eso uno cae en la tentación de considerarlo loco, cuando en realidad ha demostrado siempre una feroz perspicacia. En su último mensaje, se compara con la reina de Inglaterra, de la que dice que, como él, lleva decenas de años en el poder, reina pero no gobierna. La comparación con un genocida ha de resultar odiosa a su graciosa majestad e insultante para sus súbditos. También relaciona a los jóvenes sediciosos con drogadictos y terroristas de Al-Qaida, y realiza una simbiosis tan magistral como maquiavélica entre hambre y petróleo. En la idea de vender cara su piel, nos recuerda la seguridad que ofrece, en todos los sentidos, a cambio de la libertad de los suyos, con la que los sátrapas han chantajeado a Occidente. Pero llegó el momento de tomar partido. Nuestro error fue otorgar la condición de protegidos a simples maleantes.

La familia Gadafi se embolsó miles de millones de euros de la riqueza del petróleo. Y los cachorros del 'líder global' participaron de ese chorro de riqueza. Su hijo mayor, Saif al-Islam estudió en la London School of Economics, y fue recibido varias veces en Bukingham Palace por el príncipe Andrew, que a su vez visitó Libia como embajador comercial de Reino Unido. Invitado de Rothschild a sus frecuentes francachelas en Nueva York, Gran Bretaña y Corfú, un cable de Wikileaks nos recuerda que pagó a Mariah Carey casi un millón de euros por interpretar 'cuatro canciones' en una de sus fiestas íntimas en una isla del Caribe. Es propietario de un bloque de oficinas frente al Banco de Inglaterra, casas y hoteles, y quinto mayor accionista de Pearson, dueños de 'The Financial Times'. La ambición de la 'camada Gadafi' se suma a los factores de caos.

Leila, mujer de Ben Alí, exdictador de Túnez, huyó con una tonelada de lingotes de oro. Propietaria del país, se dijo que uno podía estar 24 horas -alojarse en hoteles, frecuentar playas, comercios, utilizar bancos, agencias de viaje, líneas aéreas- sin pisar suelo tunecino.

¡Y qué decir de la entrañable familia Mubarak! Se le atribuyó una fortuna de 42.000 millones de euros. Gamal, llamado a ser el heredero de la dinastía, es propietario de un emporio en Nueva York y la 'City' londinense. Huyó con 97 maletas llenas de no se sabe qué.

Ni el gangster Al Capone soñó con un botín semejante. Y menos aún tuvo como cómplices a países que defienden en sus constituciones la libertad y el derecho de los pueblo a elegir su destino. Me avergüenzo de ello.