Nacionalistas e izquierda suspenden al Ejecutivo
MADRID. Actualizado: GuardarNadie quiso lanzar ayer un salvavidas a José Luis Rodríguez Zapatero. Las críticas a su política social no solo llovieron desde el PP sino también desde los escaños de sus socios habituales en las reformas económicas, PNV y CiU, y, por supuesto, desde los portavoces de los grupos minoritarios de izquierda, quienes consideran que el líder socialista ha traicionado a los trabajadores en favor de los mercados financieros. La nota de conjunto fue un suspenso.
CiU, desde su filosofía liberal, tuvo que compaginar el reproche por la «dureza» del Gobierno con las políticas sociales con el reconocimiento de que ellos creen que el Estado «solo debe llegar a donde no llegue la sociedad civil». Lamentaron también, como PNV y ERC, que los recortes sociales se descarguen sobre las autonomías, que tienen que abordar prestaciones que el Estado no les cubre del todo.
El PNV animó a Zapatero a abordar ya, pero con consenso, un «retoque» del Estado de Bienestar «para salvarlo, no para desmantelarlo». Los nacionalistas vascos creen que para que el modelo sea sostenible no puede tener un carácter universal y de «gratis total». «Cuando los recursos escasean hay que concentrarlos en los que más lo necesitan» porque un rico no debe tener derecho a iguales prestaciones públicas que una persona con grandes necesidades.