El triunfo de las falsas superposiciones

Davidelfín convence y vence. El diseñador malagueño complementó sus modelos con bolsos, a modo de bolsas de basura, y unos Louboutin con 17 centímetros de tacón, algo incómodos para los 'buscatesoros' con 'Síndrome de Diógenes' -título de la colección de Davidelfín para el próximo Otoño-Invierno- pero muy apropiados para subir a la pasarela sus nuevas propuestas fruto de una «sobrecarga física y mental» del creador. El resultado de ese 'agobio' ha dado como fruto una colección muy interesante con efecto de falsos sobrepuestos. Lo que, desde lejos, pudiera parecer un conjunto de falda, camisa, jersey y chaqueta es, en realidad, una sola prenda a la que se le ha añadido una solapa de fieltro, a modo de cuello de americana; los picos blancos de una camisa de algodón; y el bajo de una falda de lana. Un acierto visualmente muy atractivo.

Con un aire retrofuturista, a lo 'Star Trek', Davidelfín también ha 'decorado' algunas de sus prendas con pequeños trozos de fieltro formando laberintos donde solo falta el 'comecocos'. Negro, blanco y gris; como contrapunto, el azul y el verde eléctrico. «Mis dos colores favoritos», confesó el diseñador. Sobre la pasarela dos de sus clásicos: Bimba Bosé, embarazadísima de su segundo retoño; y la música de Alaska, presente en el 'front row' junto a Mario Vaquerizo, Miguel Bosé, Bibiana Fernández, las hermanas Llanos (Dover), Antonia San Juan, Loles León, Sergi Arola, Enrique Loewe y Luis María Anson, entre otros. ¿El decorado? Una enorme montaña de ropa, al más puro 'síndrome de Diógenes'.

Otra de las triunfadoras de la jornada fue Ana Locking, quien también apuesta para la próxima temporada por las falsas superposiciones. Su exquisito juego de formas geométricas en los estampados hacía vislumbrar faldas y 'tops' donde solo había un vestido y una torera con jersey, cuando la realidad era una americana masculina desmontable. 'Stance' es el título de este trabajo que reafirma a Ana Locking como una de las nuevas agujas de la sastrería española. Sus americanas, vestidos (con largo de posguerra) y 'trenchs' de inmejorables patrones merecen una mención especial. El rojo se mezcla con el camel, el azul klein, el turquesa, el mostaza, el beige, el gris y el negro. Una colección colorista y muy elegante realizada con crepes, paños de lana, mikados de seda y muselinas; éstos últimos para los vestidos de plisados irregulares de fuerte inspiración helénica, que completó con originales piezas de bisutería realizadas con tuercas y mangueras de ducha de latón bañadas en oro de 18 quilates.

El tercer as de la jornada se lo guardaba en la manga Juanjo Oliva con una colección inspirada en el pintor segoviano Esteban Vicente. Con un final que dejó al público sin palabras -entre los presentes, la actriz Toni Acosta, Natalia Figueroa, Ana Rodríguez y Alejandra Martos-. Oliva estrena el tweed como tejido realizando conjuntos monocromáticos de falda tubo a la rodilla muy años cincuenta. Lilas, calabazas, verdes y azules se dan cita en terciopelos y lanas afieltradas con mucho volumen para los que no faltaron ni los miriñaques. Como siempre, lo mejor, los vestidos de Oliva, esta vez en gasas de lana.

Los vestidos-abrigos de Kina

Kina Fernández, rejuvenecida desde hace varias colecciones de la mano de su hija María Álvarez, presentó unas prendas muy invernales realizadas con alpacas, mohairs, lanas vírgenes, terciopelos... Deliciosos vestidos hiperfemeninos realizados con tejidos gruesos, amplios en faldas y, en el cuerpo, rectos y ajustados a las caderas. Kina Fernández apuesta por las capas -prenda capricho del próximo Otoño-Invierno- y propone abrigos con mezcla de texturas; lana y boucles en las mangas. Punto trenzado para los jerseys 'oversize' y botones de distintos tamaños son algunas de las señas de identidad de esta colección de colores neutros como el gris, el topo, el avellana o el nata, con el rojo vivo como contrapunto.

Pasamanerías de lana, cadenas y broches metálicos lacados dan ese punto 'chic' a los 'outfits' de la diseñadora gallega.

Larrainzar también rejuvenece su nueva colección donde la sastrería sigue siendo su punto fuerte con vestidos camisa o trajes de novia con americana. Inspirados en las instantáneas de deportes de invierno que el fotógrafo francés Jacques Henri Lartigue realizó en los Alpes en los años veinte, Ailanto puso en escena una colección otoñal-invernal de 'looks' románticos en colores neutros con toques de rubí, rojo y rosado. Mezclas de texturas y grandes volúmenes para unas propuestas en las que destacan los estampados florales y aplicaciones de fieltro con efecto 'patchwork', marca de la casa. Los vascos vuelven a acertar, fieles al estilo que les caracteriza.